Un niño enfermo y su perro de tres patas son amigos inseparables

Owen Howkins es un chico londinense de ocho años que sufre el síndrome Schwartz-Jampel, una extraña enfermedad que padecen muy pocas personas en el mundo, apenas una treintena. La enfermedad había agotado las ganas de vivir de este pequeño, hasta que afortunadamente conoció a su fiel mascota Haatchi, quien cambió su vida. Ahora se apoyan mutuamente para superar juntos sus discapacidades. A pesar de las dificultades, Owen acaba de sacar libro y de rodar su propio documental. Sin duda alguna, su vida es una de esas historias que merecen la pena ser contadas. De hecho, ya se ha convertido en todo un fenómeno de la red, conmoviendo a internautas de todo el mundo.

El pequeño Owen junto a su mascota

El pequeño Owen junto a su mascota

El pequeño Owen estuvo sumido en una profunda depresión, ya que su dolencia provoca que sus músculos siempre permanezcan contraídos en tensión, impidiendo que pueda moverse con facilidad y afectando incluso a su respiración. Una dura y rara enfermedad genética que afecta a los músculos, huesos y articulaciones.

Encerrado en su pequeño mundo, Owen no quería salir ni relacionarse con otros niños de su edad. Para desesperación de su familia, su limitado mundo se iba haciendo cada vez más pequeño. Hasta que tuvieron una idea brillante: adoptar a Haatchi, un perro abandonado que tampoco había tenido demasiada suerte en la vida.  La mascota fue encontrada junto a una línea del ferrocaril, gravemente herido tras ser atropellado por un tren. De hecho, como consecuencia del accidente Haatchi perdió una de sus patas traseras y gran parte de su cola. La llegada de Haatchi devolvió a Owen las ganas de vivir, logró encontrar el aliento que necesitaba en la compañía y el amor de quien es ahora su mejor amigo: su perro Haatchi.

Owen y Haatchi son inseparables

Owen y Haatchi son inseparables

El día del encuentro fue una conexión mágica.  Owen estaba durmiendo cuando Haatchi se metió en su habitación y, con mucho cuidado, se tendió a su lado. Al despertar el pequeño, se quedó boquiabierto de ver a ese gigante junto a él. Según sus allegados, «fue amor a primera vista». Ahora, niño y perro son inseparables. El animal ha recibido todo el cariño que nunca le dieron y Owen ha desarrollado unas enormes ganas de vivir y su mejoría ha sorprendido a su entorno. Incluso ha manifestado su deseo de «aprender a andar con ayuda de su perro especial», según recoge el diario británico ‘The Mirror’. «Me siento muy feliz. Ha cambiado mi vida», afirma el niño emocionado.

 

Él es mi mejor amigo, el guardián de mi alma y de mi corazón. Te amo. Eres y serás siempre mi objetivo final en la vida

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Sin duda alguna, el pequeño Owen es un ejemplo de superación y valentía. Un manantial de energía positiva que no hubiese encontrado sin la ayuda de Hattchi, quien le ha devuelto la sonrisa y las ganas de vivir. Sería complicado decir quién ha ayudado a quien. Tras año y medio de amistad, ambos han experimentado una espectacular mejoría. Su encuentro ha sido uno de esos momentos perfectos que a veces ofrece la vida.

Fuentes:

ABC. es

Telecinco.es

El Correo.com