Sí, ya caigo; mientras, abundaron los sucedidos.

Después de los aprendizajes domésticos de la infancia, vinieron las etapas de la escolarización y las escuelas de la vida, ampliando los SABERES. En efecto, fueron numerosas las influencias transmitidas.

En las tan manidas VIVENCIAS sociales, hubo de todo, desde los acentos halagüeños a las punzantes frustraciones. Los primeros apuntados en el haber propio; las segundas, atribuídas por lo general a los agentes foráneos.

La simplificación sobrevino poco a poco. Ya disponemos del pensamiento único distribuído para todos, apagamos las peculiaridades y el desdén frívolo ocupa las mentes. Confuso PANORAMA ofrecido.

Menos mal que… Ya caigo, ya, en la importancia de los MATICES. En ellos radica el filo entre la aberración y la concordia, los gozos y las penas.

Conviene descubrirlos y diferenciarlos; aunque siempre fueron generosos en sus apariciones.

Estamos ante el reto del BUEN MATIZADOR en los ambientes globalizados.

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Crédito imagen: Cate Storymoon.