Entre dudas y miserias, me pregunto… ¡Tantas cosas!

Por de pronto no encuentro mi cerebro, no sé si estará diseminado entre las hojas o las raíces.

Fotografía de Mariajo12

Las ventoleras tiran de mis verdores, mientras sigo agarrado a este suelo que yo no busqué.

Apenas dispongo de agua en sus llegadas caprichosas y los alimentos del lugar me acompañan con pocas variaciones.

No llego a preguntarme por el destino, tengo suficientes incógnitas arremolinadas en mi entorno.

Ni las vacas me miran, pasean indolentes, pacen rebuscando y me ignoran.

Tampoco conozco a fondo mis habilidades, reúno mis partículas circulantes y los cambios que van de los soleados calores al frío.

Lo mio debe ser el arte desinteresado al que nadie define, los objetivos no van conmigo.

Así, como quien no quiere la cosa, he conseguido mi peculiar distribución de formas y colores, que expongo por su belleza.

Es mi aportación, tratando de escapar de las rutinas menos participativas.

Estuve en un tris de no elaborar mis fantasías, pero quise hacer el ejercicio de elegir entre mis opciones.

Ya sé, ya sé, como simple CARDO BORRIQUERO perdido en zonas agrestes, a pocos interesarán estas obras.