Entre los grabados, que datan de unos 14.000 años, figuran bisontes, caballos, cérvidos y dos vulvas.

Nuestro pasado no deja de sorprendernos y es que aún quedan muchos hallazgos por hacer. En Errenteria (Gizpuzkoa) sin ir más lejos, un grupo de espeleólogos ha hallado recientemente en una cueva, imágenes de animales de unos 14.000 años grabados en arcilla. Se consideran únicas por la técnica utilizada y por el inmejorable estado de conservación en el que se encuentran.

BAJORRELIEVE PALEOLITICO

Aunque ha sido ahora cuando hemos conocido este descubrimiento, el grupo de espeleólogos y arqueólogos formado por Javier Busselo, Félix Ugarte, Diego Garate y Olivia Rivero, hallaron estas maravillas el pasado mes de abril en el yacimiento de Aitzbitarte, ubicado en una colina a la que atraviesan una treintena de oquedades cársticas, y cuyo valor arqueológico es conocido desde el siglo XIX. Se trata de una zona que fue hábitat de los hombres paleolíticos y períodos posteriores. Entre estos yacimientos las cuevas con mayor potencial son las llamadas Aitzbitarte III,IV y V donde existen grabados de 25.000 años de antigüedad, descubiertos hace apenas dos años.

 

Las representaciones y la técnica empleada

Según el arqueólogo Diego Garate se trata de una quincena de representaciones de bisontes, caballos y cérvidos, entre las que también se diferencian dos vulvas. Uno de los bisontes y otro animal, aún por determinar, fueron realizados por los hombres prehistóricos mediante un buril de sílex, así como los dedos para crear volumen y planos de relieve, una técnica desconocida en otras cuevas de la Península Ibérica, pero que sí enlaza con otros hallazgos encontrados en el Pirineo central, en el Ariège Francés.

Otra de las figuras han sido realizadas en bajorrelieve, y han sido localizadas en una de las chimeneas de la cueva de muy difícil acceso, a la que se llega tras ascender un tramo de diez metros y atravesar dos tubos semiverticales de ocho metros. «Cuando me mandaron las imágenes por el móvil eran tan espectaculares que pensaba que me estaban engañando y, al verlas al natural, me quedé sin palabras», ha señalado Garate.

Además ha añadido que el estupendo estado de conservación de los grabados se debe tanto a la inaccesibilidad del lugar como a las condiciones estables de temperatura y humedad que existen en la galería. Una especie de «frigorífico» natural que ha conseguido mantener así las representaciones durante los últimos 14.000 años.

 

El yacimiento

El yacimiento tiene forma de «Y» donde se diferencian varios grupos de representaciones. El primer grupo está formado por un bisonte realizado con «una maestría muy poco común», y otra figura animal aún sin determinar. En el segundo grupo hay representados dos órganos femeninos, una vulva de un metro de altura junto a otra de menor tamaño. Hay otro tercer grupo ubicado en una especie de «gatera» con un suelo de arcilla que, según los expertos, aún no ha sido explorada para no alterar su entorno pero en la que se aprecian, desde la distancia, varios bisontes y figuras. Entre todas estas representaciones de la naturaleza también han encontrado un clásico, una marca de una mano humana sobre las paredes.

Los especialistas estudian cómo realizar el análisis de esta galería, para lo que no descartan utilizar cámaras o incluso un dron.

 

Fuente: 20minutos.es