Cuba comercializará la primera vacuna contra el cáncer de pulmón

Climavax-EGF la primera vacuna contra el cáncer de pulmónLa buena noticia que se publicó hace unos días en El Correo, y que anunciaba que Cuba fabrica ya la primera vacuna contra el cáncer de pulmón, puede parecer algo irónica, ya que como es sabido, este país es el principal exportador de puros del mundo, de hecho, el cáncer de pulmón representa la primera causa de muerte en 12 de sus 15 provincias y mata anualmente a más de 20.000 personas. En realidad tiene bastante sentido, ya que al ser una enfermedad nacional en este país, es el principal interesado en paliarla.

Cuba va a compensar así la balanza con la exportación del medicamento que será la primera vacuna del mundo contra el cáncer de pulmón y que consigue que ésta se convierta en una enfermedad crónica controlable.

La vacuna se llama Cimavax-EGF y ha sido creada por los investigadores del Centro de Inmunología Molecular (CIM) de La Habana, en colaboración con la empresa que la fabrica Labiofam, laboratorio que se dedica a la fabricación de medicamentos de origen natural y cuyo lema es «La salud de la naturaleza”.

La vacuna es realizada con veneno de alacránLos investigadores, tras llevar acabo estudios y ensayos clínicos en más de mil pacientes, han obtenido un medicamento homeopático basado en el veneno de alacrán, que reduce y alivia a los pacientes de algunos tipos de dolencias oncológicas. El funcionamiento se basa la proteína del factor de crecimiento epidérmico, relacionado con los procesos de proliferación celular, que cuando hay cáncer se descontrola. Genera anticuerpos contra las proteínas que desencadenan el descontrol, lo que permitiría convertir el cáncer avanzado en una enfermedad crónica.

El Cimavax-EGF no se venderá en Cuba, sino que se distribuirá gratuitamente en los hospitales para combatir con esta enfermedad nacional. Cuba sí lo ha comenzado a exportar a Perú. Por su parte Colombia, Brasil, Paraguay, Ecuador y Argentina están estudiando reconocer oficialmente el remedio, que no puede prevenir la enfermedad pero que, según Gisela González, responsable del proyecto, mejora considerablemente el estado de los pacientes graves. Su aplicación es posterior al tratamiento del enfermo con quimioterapia y radioterapia.