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¿Un buen futuro? El papel de la educación de las niñas

Aunque el informe de PLAN sobre la situación de las niñas en el mundo es solamente un informe a pequeña escala, mediante el monitoreo de las niñas en el estudio “Vidas Reales, Opciones Reales” a lo largo del tiempo, estamos comenzando a ser capaces de ver la evolución en las vidas de las niñas a través de las generaciones. También podemos destacar cómo y dónde las metas e inversiones de la comunidad internacional se están quedando cortas, en cuanto a estas niñas se refiere.

Nuestra investigación está mostrando que a muchas familias todavía les resulta difícil poder subsistir y sobrevivir a los desafíos que suponen las deudas o las enfermedades, más aún encontrar los recursos para construir un futuro mejor para sus hijas. También estamos viendo cómo la familia ampliada, los vecinos y los programas del gobierno pueden dar gran parte del apoyo necesario.

Todas las madres creen que la educación de las niñas es la clave para dar a sus hijas las oportunidades que ellas nunca tuvieron. Y tienen razón. Los estudios muestran que tener una madre con educación no solamente mejora la propia salud y las oportunidades de empleo, sino que además aumentan las posibilidades de que sus hijos también reciban educación. Creemos que la educación de estas niñas  permitirá romper el círculo de pobreza y discriminación de sus propias hijas también.

Los padres y madres también comprenden que proporcionar únicamente educación primaria a las niñas no es suficiente. Ellos saben que las niñas deben recibir tanta educación como sea posible –y ciertamente lo suficiente como para hacer algo más que solamente aprender a leer y escribir–. Ellas necesitan tener el tipo de educación de calidad a largo plazo que les proporcione las habilidades y la confianza para abrirse camino en el mundo. Incluso si no pueden llegar al nivel profesional que sus padres aspiran para ellas, por lo menos las niñas deberán ser capaces de encontrar la manera de ganarse la vida y romper el círculo de pobreza a medida que crecen. Necesitarán seguridad financiera, y los medios para pagar por medicinas, atención médica y la educación de sus propios hijos e hijas.

Y lo que también está claro es que el dinero es solamente una parte de la solución. Las niñas también necesitan un cambio de actitud –de ellas mismas y de los demás– que les diga que ya no son ciudadanas de segunda clase, que son valoradas y que tienen opciones en la vida, ya sea decidir con quién casarse, el número de hijos que quieran tener, o cómo contribuyen con el ingreso familiar.

Lo que vemos en las vidas de las familias que estamos acompañando se verá reflejado en las vidas de millones más que están luchando por alimentar, vestir y educar a sus hijos e hijas. Muchas cosas están mejorando para esta generación de niñas. Por ejemplo, la actitud hacia la educación de las niñas está cambiando, así que más niñas están asistiendo a la escuela. Pero esta situación se verá debilitada, particularmente cuando lleguen a la adolescencia, si tienen que dejar la educación debido a la pobreza, o si su educación es de mala calidad, o si no pueden encontrar empleo cuando crezcan.
Estas niñas, y muchas miles como ellas, necesitan el apoyo de todos quienes son responsables por ellas –sus familias, comunidades, el gobierno y la comunidad internacional. Será solamente entonces cuando la promesa hecha en estos primeros años será cumplida– y las esperanzas y sueños de las niñas y de sus padres podrán hacerse realidad.

Para mejorar la situación de las niñas en muchos países, PLAN trabaja día a día. Visita nuestra web y conoce cómo puedes ayudarnos: http://plan-espana.org/apadrina-o-descubre-como-colaborar.

Enviado por Valeska de PLAN.

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