En esta semana se ha celebrado el aniversario del inicio de la protección de la capa de ozono.

Cielo soleado - Fotografía de Andre.abu

Cielo soleado – Fotografía de Andre.abu

El 23 de enero de 1978 Suecia prohibió el uso de los CFC o clorofluorocarbonos en los aerosoles, convirtiéndose así en el primer país del mundo en hacerlo.

En aquella época, cada vez se hacía más evidente que estos compuestos, que poseen propiedades físicas y químicas adecuadas para ser empleados en múltiples aplicaciones, eran los principales responsables del adelgazamiento de la capa de ozono que protege a la Tierra de los rayos ultravioleta del Sol.

Cuando los CFC alcanzan la parte alta de la atmósfera, reaccionan con rayos ultravioleta, lo que a su vez provoca que se descompongan en sustancias que incluyen cloro. Este elemento reacciona químicamente con los átomos de oxígeno y destruye la molécula de ozono.

Según la Agencia para la Protección del Medio Ambiente de EEUU, un átomo de cloro puede llegar a acabar con más de cien mil moléculas de ozono. Se estima que el 90 % de los CFC actualmente en la atmósfera fueron emitidos por países industrializados en décadas pasadas.

La mayoría de estos países prohibieron los CFC en 1996 y la cantidad de cloro en la atmósfera está disminuyendo. Aún así los expertos calculan que se tardará medio siglo en devolver los niveles de cloro a su cifra natural.

Noticie encontrada en SINC.