Una edificación sostenible que apuesta por la calidad ambiental

La prioridad del uso de la energía solar, la reutilización del agua y el aprovechamiento de los vientos son elementos clave en el ya existente aeropuerto ecológico de las Islas Galápagos, Patrimonio Natural de la Humanidad.

La nueva terminal del aeropuerto pudo entrar totalmente en funcionamiento la semana pasada una vez se hubo conseguido el material necesario. Cuenta con una extensión en torno a los 6000 metros cuadrados y ha sido necesaria una inversión de algo más de 24 millones de dólares para llevar a la práctica la integración efectiva con el medio ambiente y la consecución del menor impacto posible sobre el ecosistema.

De uso solo diurno, el nuevo edificio está ubicado en dirección de los vientos predominantes para aprovechar al máximo posible la brisa del lugar y, de ese modo, evitar el uso del aire acondicionado y controlar siempre que sea posible la cantidad de luz solar. Igualmente se ha buscado armonizar el edificio con el uso de colores claros en determinadas paredes que proporcionen, al mismo tiempo que los grandes ventanales que las acompañan, una luminosidad adecuada.

Siguiendo con su personalidad sostenible, el aeropuerto dispone de una planta de desalinización que suministrará el agua para la terminal, contrarrestando de este modo la falta de agua dulce de la isla Baltra en la que se encuentra situado el aeropuerto.

Además, un sistema fotovoltaico abastece un 13% de la demanda total de energía de la instalación y se busca que se eleve al 25%.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=r9MpO5q4p70[/youtube]