En Canadá, uno de los países más avanzados del mundo y que el año pasado fue considerado el país número 1 del ranking de países con mejor reputación según su PIB, se ha planteado considerar el veganismo como un derecho humano.

Un plato de Gallopinto. Foto de Lablascovegmenu

Un plato de Gallopinto. Foto de Lablascovegmenu.

En concreto esta propuesta ha sido llevada a cabo en la provincia de Ontario, la más poblada de todas las de Canadá.

En Código de Derechos Humanos de esta provincia ya impide a cualquier ciudadano ser discriminado por motivos de raza, edad, identidad de género u orientación sexual y las garantías protegidas por ley abarcan la provisión de servicios, vivienda o empleo.

En el año 2011, la Comisión de Derechos Humanos de Ontario abrió una ronda de consultas con distintas entidades sociales para ampliar su política con respecto al concepto de «credo». El objetivo era saber si este concepto, protegido por ley y tradicionalmente asociado a valores religiosos, debía ampliarse para dar protección a sistemas de creencias seculares, morales o éticas.

Representantes de la organización canadiense Animal Justice se movilizaron para dialogar con la Comisión y hacerles saber que el sistema de valores tras el veganismo ético merecía estar entre las creencias que estuvieran estudiando y la Comisión de Derechos Humanos de Ontario los escuchó.

Tras la ronda de consultas, que incluyeron también diálogos con otros representantes sociales, la Comisión afirmó que «dentro de credo pueden incluirse también sistemas de creencias no religiosos que influencien decididamente la identidad de las personas, su visión del mundo y su forma de vivir».

Ahora, la decisión final recae en el Tribunal de Derechos Humanos de Ontario, que tendrá que pronunciarse sobre las recomendaciones de la Comisión. Sin embargo, las perspectivas son alentadoras puesto que el Tribunal ya ha declarado públicamente que un credo podría incluir también sistemas de creencias políticas bien cohesionadas.

De conseguirse, podrían darse situaciones como que una persona que fuera vegana y que trabajara en una empresa con catering, tendría derecho a que su alimentación vegetariana o vegana estuviera incluida en él.

Lo mismo pasaría en universidades y demás sitios públicos, en los que ya nadie podría ser discriminado por estar contra el maltrato animal siendo vegetariano o vegano.

Fuente: Igualdad Animal.