En Georgia, Estados Unidos, hay un santuario de animales llamado «El Arca de Noé» [Noah’s Ark Sanctuary] donde tres grandes «depredadores» se han hecho amigos inseparables.

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Se trata de un león, un tigre y un oso que comen, juegan y se divierten juntos a tope:

El trío ha sido bautizado como «BLT» por sus siglas en inglés de oso (Bear), el león (Lion) y el tigre (Tiger). Estos tres amigos llegaron al Santuario Arca de Noé hace quince años, después que la policía los descubriera en un sótano de una casa durante una redada contra la mafia de la droga.

Durante los primeros meses, los animales se encontraban asustados, desnutridos e infectados de parásitos.

Afortunadamente el trabajo de los cuidadores de este santuario animal dio sus frutos y pronto los animales volvieron a recuperar su salud y su amistad.

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El Santuario animal «Arca de Noé».

Este santuario animal cuenta con más 100 hectáreas en las que viven cerca de 1.500 animales, cuya mayoría ha llegado al centro por haber sido maltratados, no deseados o abandonados.

Los gastos mensuales de este paraíso de los animales ascienden a unos 33.000 dólares, que se destinan a la alimentación, cuidado y atención veterinaria a los animales. A pesar de estos gastos, nunca cobran la entrada a los visitantes para ver los animales, subsisten gracias a las donaciones.

El santuario fue fundado por Jama Hedgecoth en 1978 en Ellenwood, con el nombre de Arca de Noé, ya que, al igual que el relato bíblico, también construían «un lugar seguro para los animales en medio del peligro». Así, el Arca de Jama vio la luz para proteger a niños y animales de las «inundaciones» actuales que suponen el abuso y el abandono.

El santuario creció y la pequeña granja de Ellenwood se quedó pequeña, por lo que en 1990 se trasladó con su familia y con todos los animales a Locust Grove, donde se encuentran ahora.

En las 100 hectáreas de terreno cuentan con un centro de rehabilitación de animales, otro de formación y desarrollo, administración, senderos naturales y un sinfín de hábitats naturales para los más de 1.500 animales que viven allí. También hay una zona de picnic y juegos infantiles. En definitiva, un entorno precioso para llevar a la familia y disfrutar de un día diferente.

Misión del santuario:

  • Proporcionar un hogar a los animales heridos, maltratados y huérfanos.
  • Dar a conocer a través de programas de rehabilitación y educación, que todos los seres vivos tienen un valor, no importa cuán pequeño o insignificante parezca. «Cuando nosotros, como sociedad reconozcamos este hecho, empezaremos a ganar batallas para la conservación y preservación».
  • Proporcionar amor incondicional y cuidado a los animales que tienen necesidades especiales, ya sean mentales, físicos o emocionales.