La experiencia es muy común. ¡Cuéntame un cuento! Con la entrañable disposición del narrador y del escuchante. Forman parte de esas escenas irrepetibles en momentos de sentimientos genuinos y TERNURA sin parangón.

¡Ah! Pero no intenten divagar por cualquier ocurrencia narrativa. La intimidad solicita con exigencia EL CUENTO preferido, no por repetido, menos saboreado. Los toques emocionales son peculiares en cada ocasión.

Que son cosas de los más pequeños de la casa, intrascendentes, o de simple entretenimiento. ¡Quiá! Eso no resiste el menor análisis; si escarbamos un poco, apreciaremos enseguida por que afirmo semejante cosa.

Ante los enigmas de la vida, los ADULTOS  también requerimos de ciertos cuentos, incluidos los relacionados con la vida diaria. Necesitamos darle forma sentimental a nuestro recorrido por el tiempo existencial.

No me vengan ahora con que abundan los cuentos desfavorables llenos de astillas y opresiones, por que no vienen a cuento, no son cuentos, son maldades.

La MAGIA del cuento subsiste impertérrita y vibrante.

 

Crédito fotografía: Trung Bui Viet.