La capital española se suma a la creciente lista de ciudades que han decidido dejar de ofrecer espectáculos circenses en los que participen animales.

Éste tigre no participará en un espectáculo circense en Madrid. Fotografía de Chris Ruggles.

Éste tigre no participará en un espectáculo circense en Madrid. Fotografía de Chris Ruggles.

En la ordenanza que prohíbe el uso de animales en espectáculos, se justifica el hecho porque nuestros amigos de cuatro patas tienen derecho «a no ser víctimas de maltrato y a no ser sometidos a esfuerzos o actos crueles que les ocasionen sufrimiento, ansiedad o estrés».

Así, elefantes, tigres, perros gatos, y cualquier animal que sea usado por un circo como atracción hará que al espectáculo se le niegue la licencia«en los circos, los animales suelen vivir en condiciones de cautividad, alojados en jaulas y contenedores donde apenas se pueden mover y transportados a largas distancias en remolques de camiones que no satisfacen sus necesidades físicas más básicas», reza parte del texto oficial.

A pesar de que muchos de los animales de los circos han nacido ya en cautiverio «mantienen instintos naturales», por lo que «son sometidos a procesos de aprendizaje en los que se les obliga, a veces con violencia, a realizar comportamientos que son completamente antinaturales para su especie».

Madrid se une así  a una creciente corriente mundial en defensa de los animales por parte de los poderes públicos. En la legislación se establece que las administraciones locales deben favorecer y potenciar una conducta ciudadana más cívica, con el fin de defender y preservar la naturaleza.

Personal técnico del Área de Salud, Seguridad y Emergencias de la ciudad ha mantenido por años reuniones con asociaciones protectoras de animales y ecologistas, y ha recabado información para configurar un borrador de la Ordenanza de Protección Animal más acorde con las circunstancias y sensibilidades actuales.

Por su parte, representantes del gremio circense se manifestaron frente al Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento, aduciendo que la medida les afecta grandemente. «Nuestra actividad es legal y también es una explotación ganadera, por lo que tiene unos controles exhaustivos de las autoridades sanitarias y el Seprona», afirmaba Vicente Barrio, presidente de la española asociación Circos Reunidos, una de las más grandes agrupaciones gremiales del país.

La indignación de Barrio es comprensible en cuanto a que pone de manifiesto una doble vara de medir, ya que, por ejemplo se prohíben los circos con animales pero los hipódromos siguen activos.

En cualquier caso, creemos que es una buena noticia tanto en pos del respeto hacia los animales, como para para la educación de nuestros hijos, pues el principal público de un circo es infantil y es posible que nuestros pequeños se diviertan de una forma sana, sostenible y respetuosa con los animales.