Los CONSENSOS pueden encubrir la realidad, raras veces facilitan sus variadas expresiones. Quien los promueve, las renuncias implicadas y sobre todo las consecuencias derivadas, dejan relegadas cuestiones importantes.

Decimos SER o TENER. Ni contigo ni sin ti. A qué ser o tener se referirá el dicho, porque la consideración de lo que cada persona concibe como tales, ofrece notables variantes de hondo calado.

Con respecto al espacio requerido con CARÁCTER individual ocurre otro tanto. Vean si no, privado, íntimo, público, de encuentro,de riesgos asumidos, de investigaciones ¿Optaremos por referirnos a parcelas o bien a las versiones completas?

Afirmamos con frecuencia, que una persona son sus OBRAS y nos atrevemos a juzgarlas, como si conociéramos los entresijos de sus mecanismos. Pero, la lejanía de esos fondos evidencia la exageración de nuestras pretensiones.

A poco que nos tienten aprobamos sólo las versiones COMUNITARIAS adaptadas al gusto propio. Basta ojear los ejemplos circundantes desdeñosos con el prójimo.

Es suficiente, tendemos al olvido de las DISCREPANCIAS, reales como ninguna otra cosa y estímulos salutíferos sin parangón.