El fundador de Mensajeros de la Paz presenta hoy su nuevo libro

  • En ‘Dios en la calle’ el padre Ángel habla de espiritualidad y acogida a personas sin hogar.
  • El libro recoge las cartas cruzadas con la hermana Viqui Molins.

¿Alguna vez has escuchado a un religioso decir que «Dios está en la calle» y que por tanto, hay que arremangarse y salir ahí fuera a ayudar a los demás? Esto es lo que lleva haciendo años el Padre Ángel, fundador de la ONG Mensajeros de la Paz, un cura que lleva a cabo lo que el define como «espiritualidad atrevida«, por la que más que dar sermones, dedica su su vida a ayudar a los demás.

Hoy por la tarde presenta en Madrid, a las 19h en la iglesia de S. Antón de Madrid (C/ Hortaleza, 63), su nuevo libro editado por Claret «Dios en la calle», en donde este cura asturiano y la monja teresiana catalana Viqui Molins hablan de sus templos de acogida a personas sin hogar y de la espiritualidad atrevida que tienen en común.

Dios en la calle recoge una historia de amistad con un modelo de vida en común: la ayuda a los más pobres. Viqui Molins desde Barcelona y el padre Ángel desde Madrid, comparten confidencias y anécdotas de una vida dedicada a los demás.

Como dice Molins en el libro, que tiene formato epistolar: «la solución no es ocultar a los necesitados, sino acogerlos; sólo así podrán empezar su reinserción».

Intercambio de cartas de dos personas dedicadas ayudar a los demás

En el intercambio de cartas, el padre Ángel habla sobre cómo de joven empezó su trayectoria como cura social con la creación de casas de acogida para niños. Viqui explica por su parte que su contacto con la realidad latinoamericana y de la barriada de Verdum le provoca un cambio en su vocación, un compromiso “con los de abajo”. Los dos han visto cómo “Dios está en la calle”.

La monja y el sacerdote se conocieron personalmente a través de un proyecto del padre Ángel: la apertura de la iglesia de San Antón las 24 horas del día los 365 días del año. Una iglesia-refugio donde además de los servicios litúrgicos, se ofrece todo lo que necesitan a las personas que lo necesitan todo. Por ejemplo, atención médica, comida, teléfono, conexión a Internet por wifi e incluso peluquería.

Debido a la ola de frío del pasado enero, el templo de Santa Anna en Barcelona se inspiró en San Antón y abrió sus puertas para acoger a la gente durante todo el día. La movilización de voluntarios sorprendió a los promotores de esta iniciativa, entre los que estaba Viqui Molins, entusiasmada con las palabras del papa Francisco que impulsan la creación de “hospitales de campaña”.

Un camino de constancia y atrevimiento

La consolidación del trabajo de los dos protagonistas no ha sido fácil. Viqui es una de esas monjas que se atrevían a contestar a los curas cuando aún era impensable que una mujer les llevara la contraria. El padre Ángel estuvo a punto de ser sancionado por proteger a unos jóvenes de un hogar de Mensajeros que robaron unos puros del cardenal Tarancón, porque, como él dice, «muchas veces si no te metes en líos, no remueves las conciencias».

Hoy, como escribe el párroco de Santa Anna, prologuista del libro, «ambos pasan de 80 años, pero no son precisamente dos jubilados de sofá y sopitas. Ángel tiene por casa el mundo y resulta difícil seguirle la pista por el mapamundi, tan ancho como su corazón. (···) Cuando los leáis veréis que hay viejos que nos enseñan a ser jóvenes».

Por último, el papa Francisco se hace presente en el libro con el mensaje de la Jornada Mundial de los Pobres del 19 de noviembre, que se publica como epílogo.