Hace unos cinco años, me regalaron el libro “Mundo que Viene”; obra de Juan Martínez-Barea, una de esas eminencias que tenemos en este precioso país y que es Embajador para España de Singularity Univertity, una universidad disruptiva liderada por los gigantes tecnológicos NASA y Google. Institución que comenzó y lidera Raymond Kurzweil, director de ingeniería de Google desde el año dos mil doce.

Este libro me confirmó mi idea de que el siglo que pisamos en este momento es una era llena de cambios violentos, rápidos y sobre todo inesperados.

El autor libanés Nassim Nicholas Taleb, publicó hace unos años una de sus obras más destacadas, El Cisne Negro. En este libro explica de manera magistral el concepto de lo inesperado, de lo “altamente improbable”, de cómo a veces se dan acontecimientos que nadie espera, que son absolutamente impredecibles e imprevisibles. Ni los grandes expertos en las áreas de economía y empresa serían capaces de profetizar, fundamentalmente porque los expertos simplemente manejan lo previsto en base a lo conocido.

Pero “de repente” (y a mí personalmente me fascinan los “de repentes”) aparece un nuevo “Cisne Negro”, un corona virus al que llaman Covid19 y pone en jaque a la humanidad.

Nada previsto, de hecho creo que desde un principio incluso la mayoría de nosotros (yo me incluyo) lo subestimamos. Somos una generación que ha vivido libre de crisis dramáticas y ha crecido pensando que no existían los problemas. Los terremotos, los volcanes, los tsunamis…eso siempre les pasaba a otros. Vivíamos creyéndonos inmunes a todo.

De hecho, tuvimos que desarrollar la habilidad de convertir los pequeños problemitas cotidianos en dramas… se rompió la lavadora, se pinchó el coche, se me rompió el ordenador o la pantalla del móvil. Ridiculeces que las pasábamos a nivel drama.

Han ido pasando los días y comienzo a observar algo que (ahora sí, los experto ya lo ven también) esto va para largo.

No me refiero al corona virus, este en concreto hará un desastre, como toda pandemia, lo controlaremos (eso espero) y todo volverá a la “normalidad”… o no!

De hecho estoy absolutamente seguro que el mes pasado, ya forma parte del pleistoceno. Nada será igual, el mundo ha cambiado en veinticuatro horas. Nuevas reglas de juego.

Dicho de otra manera, hemos pisado el futuro. Es como si estuviéramos ya viviendo en el año dos mil veinticinco.

Lo que deberíamos haber aprendido a gestionar y a interiorizar en cinco años, lo tendremos que hacer en meses… quizá semana o días.

Creo que la mayoría de la gente todavía no se da cuenta y está esperando que se levante la cuarentena para volver a su vida normal. Pero esto ya no es posible. Primero porque la crisis económica que nos va a golpear va a dejar cerrados muchos comercios y sitios de ocio que ya no vamos a recuperar. Segundo, porque va a costar trabajo acercarse a alguien y tocarse. Y una sociedad como la nuestra tan basada en las muestras de afecto va a sufrir una crisis de identidad.

Cuando podamos salir de nuevo a la calle, nada será normal. Me produce cierto grado de compasión escuchar personas diciendo: “cuando volvamos a la normalidad…”

El mundo que nos espera después de esto, es distinto créeme… no es peor… sólo distinto.

Piensa en cosas simples como ir al cine, al teatro, estar en una clase con otros compañeros, donde las distancias nunca serán las mismas (hablada de esto con un compañero de CEU San Pablo Andalucía, donde doy clases en el Instituto de Post Grados) ir a un gimnasio (te imaginas lo que pensarás cuando tengas que agarrar una pesa que alguien agarró antes que tú) en fin, cosas simples, de lo cotidiano, que nunca serán iguales.

Cuando pase el Covid19, quedará un virus instalado en las mentes y los corazones de la población que a mi me preocupa, si cabe, mas que el corona virus. Me refiero a lo que he llamado “el virus del Yuyu”. Sí, el miedo, esa emoción que tanto “miedo nos da” sentirla y que es tan fundamental como básica, pero que si se nos escapa de las manos, es más destructiva que cualquier otra pandemia conocida en la historia de la humanidad.

Déjame hacerte algunas preguntas antes de finalizar esta reflexión.

¿Estas listo para el mundo que viene?

¿Qué vas a cambiar en ti para adaptarte a este nueva situación?

Hoy toma fuerza la teoría de Darwin, sólo vivirán en este mercado nuevo quien tenga mas capacidad de adaptación… y más rápido lo haga. Ya lo dijo hace unos años el empresario Bill Gates, “ya no es el grande ni el chico quienes se comen entre ellos…ahora es el rápido quien se come al lento”.

Muchos negocios caerán y miles de oportunidades nuevas surgirán, créeme!

¿Estás listo para dejar atrás todo lo que te trajo hasta aquí?

Lo que nos ha traído hasta aquí, ya no nos llevará mas lejos.

El mundo que viene esta lleno de oportunidades enormes, pero si tienes el virus del “Yuyu”, no podrás verlas ni aprovecharlas.

El mismo autor que te mencionaba anteriormente, Nicholas Taleb, escribió en otra de sus obras (Antrifrágil) “Hay cosas que se benefician de las crisis; prosperan y crecen al verse expuestas a la volatilidad, al azar, al desorden y a los estresores, y les encanta la aventura, el riesgo y la incertidumbre”.

Hemos pisado un mundo nuevo, lleno de aventuras para quienes amamos el riesgo y el emprendimiento. Nos toca adaptarnos y para ello, debemos aprender a gestionar el miedo, el virus del “Yuyu”. ¡Esa “pandemia” tenemos que comenzar a gestionarla desde ya!

No se trata de no tener miedo. Es necesario para vivir, al igual que el resto de emociones. Al fin y al cabo, una emoción es una respuesta fisiológica y bioquímica que nos permite la adaptación y la evolución. No hay emociones malas ni buenas, las hay funcionales o no funcionales.

“Tener miedo no es malo, lo malo es que el miedo te tenga a ti”

 Hemos pisado de lleno “el mundo que viene” y aprender a gestionar nuestras emociones cobra más sentido que nunca.

En mi nuevo libro “Stop al Virus del YUYU”, doy suficientes herramientas para la gestión de esta emoción del miedo, a la que llamamos popularmente “Yuyu”.

Este libro es gratuito y puedes conseguirlo en www.desarrollatupotencial.com

Un abrazo enorme y pa´lante…