La enfermedad de la lepra registró 127.396 nuevos casos en el mundo en 2020. Concretamente, un 37% menos que los 202.185 detectados en 2019. Así lo confirman datos de 127 países recopilados por la Organización Mundial de la Salud; y dados a conocer por Fontilles, con motivo del Día Mundial contra la Lepra.

El descenso no es consecuencia de una menor incidencia de la enfermedad. Sino de la reducción o interrupción de los programas de detección de la lepra como consecuencia de la pandemia de COVID-19, tal y como subraya la propia OMS en un informe publicado en su revista Weekly Epidemiological Record. En él, alerta de que “la interrupción de la detección puede dar lugar a casos ocultos y a un probable aumento de discapacidades asociadas”.

Impacto del COVID-19 en la lepra

“La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto significativo en los servicios sanitarios de todos los países”. Considera la OMS en su informe. En él, señala que los programas de lucha contra la lepra “se vieron claramente afectados, como demuestra la considerable reducción del número de casos detectados y notificados por los países en 2020”. Pues “el importante descenso del número de casos no puede explicarse epidemiológicamente”.

Dicha afección de los programas de control consistió, según el organismo de Naciones Unidas, en “la reasignación de personal, el cese de las actividades comunitarias y la búsqueda activa de casos, los retrasos en la recepción de los suministros de tratamiento a nivel nacional y el agotamiento ocasional de las existencias en niveles subnacionales y en los centros de salud, así como la limitación del seguimiento del deterioro de la función nerviosa y el tratamiento de la reacción”.

En este sentido, el comité técnico de la Federación Internacional de Entidades contra la Lepra (ILEP), de la que Fontilles forma parte, considera que la reanudación de las actividades rutinarias de detección tras su interrupción durante la pandemia supondrá el afloramiento de una acumulación de casos que no fueron diagnosticados en 2020 y parte de 2021, lo que provocará un pico en la incidencia general durante los próximos años.

Mucho por conseguir

La reducción se ha producido en las seis regiones sanitarias en las que se estructura el organismo internacional. Es decir, un 41% en el Sudeste Asiático, de 143.787 a 84.818. Seguido de un 35,9% en América, de 29.936 a 19.195. Un 35,3% en el Pacífico Occidental, de 4.004 a 2.589. Un 17,4% en África, de 20.205 a 16.690. Y un 3,2% en el Mediterráneo Occidental, de 4.211 a 4.077.

En Europa, donde la presencia de la enfermedad es marginal, se pasó de 42 a 27 detecciones. Como en años anteriores, la mayoría de nuevos casos —el 74%— se registró en India (65.147, el 51,1%), Brasil (17.979, el 14,1%) e Indonesia (11.173, el 8,8%).

Aún así, la situación de la enfermedad sigue sin cumplir los objetivos de la Estrategia Global contra la Lepra 2016-2020: ningún caso de lepra infantil con discapacidad, eliminación de las legislaciones nacionales que permiten la discriminación de las personas que padecen o han padecido la enfermedad y reducción de las detecciones con discapacidades asociadas a menos de un caso por millón de habitantes.

Por un lado, se registraron 8.629 casos en menores de 15 años, lo que indica la continuidad de la transmisión de la infección en la comunidad; 308 niños y niñas presentaban secuelas físicas discapacitantes en el momento de la detección. Por otro, siete países informaron a la OMS de la existencia de 115 leyes discriminatorias en vigor: China, India, Irán, Nepal, Surinam, Tailandia y Vanuatu; sin embargo, ILEP ha contabilizado 130 legislaciones, que afectan también a Bahamas, Barbados, Dominica, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Jamaica, Malasia, Malta, Myanmar, Namibia, Níger, Pakistán, Papúa Nueva Guinea, Filipinas, Senegal, Singapur, Sri Lanka y Taiwan.

Así, el único de los tres objetivos cumplidos en el ámbito global es la reducción de la tasa de nuevos casos con discapacidades asociadas, que fueron 7.198, lo que implica 0,9 casos por millón de habitantes pero evidencia, pese a ello, un retraso en las detecciones. Por otra parte, los casos detectados en mujeres (49.208) supusieron solo el 38,6% del total, pese a no tener menos posibilidades de contraer la enfermedad.

La lepra en España

En España, en 2021, se notificaron al Registro Estatal de Lepra del Instituto de Salud Carlos III-Centro Nacional de Epidemiología 4 nuevos casos: 3 en Andalucía y 1 en Baleares. Al finalizar el año, había 16 personas en tratamiento: 4 en Andalucía, 3 en Baleares, 3 en Madrid, 2 en la Comunitat Valenciana, 1 en Cantabria, 1 en Castilla-La Mancha, 1 en Catalunya y 1 en Euskadi.

En 2020, de acuerdo con la misma fuente, se notificaron dos nuevos casos: uno en las Islas Baleares y otro en el País Vasco. Dicho año acabó con 16 personas en tratamiento: 5 en Madrid; 2 en Castilla-La Mancha, Cataluña y la Comunitat Valenciana; y 1 en Andalucía, Baleares, Cantabria, Castilla y León y el País Vasco.

Fuente: Fontilles

CAB/AR