Dicen que los sueños tienden a hacerse realidad. Incluso llegan a decir que son realidad. Y en esas estamos, calibrando el DESASOSIEGO, porque no acabamos de saber cuándo estamos soñando o cuándo somos entes reales.

Hasta qué punto su presencia es efectiva, es una cuestión a dilucidar. La EFECTIVIDAD es una dimensión de parámetros equívocos por el extenso campo de lo desconocido, enfrentado al potencial de sus repercusiones en la práctica existencial.

Son circuitos reales de conexiones inexplicables. Las VIBRACIONES de los sueños remueven las conciencias escapando de las sensibilidades habituales; sin el reconocimiento de estructuras limitantes.

Su enlace con las actividades que practicamos es muy interesante. Pueden equilibrar tensiones mentales o provocarlas. Los POTENCIALES del sueño son fascinantes y tratamos de asimilar sus migajas.

Aunque volvemos a las inmensidades, de las que nunca nos desprendimos a pesar de los intentos cotidianos. Desde nuestra modestia, nos conviene el buen CULTIVO de todo lo relativo a los sueños con horarios, dietas, actividades, adecuados. Forman parte del bagaje elemental en permanente actividad.