«El Paciente de Berlin» abre la puerta a la esperanza.

Tim Brown, que sufría leucemia, curado al recibir una médula de una persona inmune al VIH.

Tim Brown curado del SIDAConocido por los investigadores del sida como «el paciente de Berlín«, Tim Brown es un hombre al que se le diagnostico  infección por VIH en 1995 a la edad de 29 años. Después sufrió además una leucemia y fue trasplantado de médula osea en el año 2007.

Desde entonces, no ha recibido tratamiento antirretroviral y no ha tenido virus detectable en la sangre. “En otras palabras, está curado”, afirma Françoise Barré-Sinoussi, premio Nobel de Medicina por el descubrimiento del VIH y presidenta electa de la Sociedad Internacional del Sida, en un artículo que publica este jueves la revista Nature.

De la mano de la premio Nobel, todos los agentes implicados en la lucha contra esta infección han puesto en marcha una estrategia científica mundial bautizada como Towards an HIV Cure‘ (Hacia una cura del VIH) en la que también han involucrado a organismos internacionales de financiación, reguladores y representantes sociales. Su objetivo: erradicar el VIH.

Steven Deeks, codirector de la iniciativa, lo expresa con cautela. «No queremos despertar falsas esperanzas. De momento hay muchas barreras científicas a la curación del sida. Podemos tardar años, o décadas, en encontrar una cura efectiva, pero hay evidencias crecientes que demuestran que esa opción llegará«, explica a este periódico desde la Universidad de California San Francisco (EEUU).

El trasplante al que fue sometido el paciente de Berlín, procedía de una persona inmune al VIH. La inmunidad se debía a que las células del donante tenían defectuoso el gen de la proteína CCR5, que el VIH utiliza para entrar en células del sistema inmunitario. Así, cuando las células del donante repoblaron la sangre de Tim Brown, el virus se encontró con que ya no tenía puerta de entrada a las células y permitió que Tim se curara del sida.

«Es el primer caso de un paciente curado del sida», explica Javier Martínez-Picado, investigador Icrea del laboratorio IrsiCaixa. El trasplante de médula ósea con el gen CCR5 defectuoso «no se puede aplicar a todas las personas que tienen el VIH porque es una técnica costosa y arriesgada y porque no habría suficientes donantes», advierte Martínez-Picado. Pero demuestra que curar el sida no es imposible.

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Ver vídeo «Tim Brown: curado del VIH» en Youtube –

Un paso más en la lucha contra el SIDA.

En estos momentos, los fármacos antirretrovirales ya consiguen que el virus sea indetectable en la sangre durante años. Pero el tratamiento es costoso, conlleva efectos secundarios, no llega a todos los portadores del VIH y, si se interrumpe, permite que el virus vuelva a proliferar. Aunque estos fármacos han conseguido que el sida haya dejado de ser una infección mortal en un elevado porcentaje de pacientes, no serán suficientes para contener la epidemia. La prueba es que, por cada persona que inicia tratamiento antirretroviral en la actualidad, hay dos personas que contraen el VIH.

Para ir más allá de los tratamientos actuales, la Sociedad Internacional del Sida considera prioritario descubrir cómo y dónde se esconde el virus en el organismo cuando los fármacos lo eliminan de la sangre. A partir de ahí, en teoría se podría hacer salir el virus de sus escondrijos y erradicarlo del organismo.

Una segunda prioridad es descubrir cómo una minoría de personas –los llamados controladores de élite, que representan aproximadamente el 1% de la población- consigue mantener el virus a raya pese a no tomar fármacos. Esta información podría ser útil para estimular el sistema inmunitario del resto de los pacientes de modo que puedan contener el virus y dejen de necesitar fármacos.

Una tercera línea de trabajo consiste en estudiar los autotrasplantes de médula ósea para portadores del VIH. Si se inactiva el gen de la proteína CCR5 con terapia génica antes de volver a implantar la médula, en teoría se podría conseguir una curación como la del paciente de Berlín y evitar el problema de la escasez de donantes. Esta estrategia ya se ha empezado a ensayar en un reducido número de voluntarios.

Noticia enviada por Celia de Málaga, diseñadora de Pennarello y publicada en numerosos medios de prensa.