Todo un superhéroe al volante.

David Rivas se ha convertido en el primer conductor europeo sin brazos, y cuenta ya con coche propio con el que por fin podrá hacer realidad su sueño de usar su carné de conducir. El madrileño ha recibido este lunes un Ford C-Max adaptado que le dará la más que deseada independencia.

David Rivas - El primer conductor europeo sin brazos

Ford y el Grupo DKV se han unido para facilitarle la vida a David Rivas. El primer conductor europeo sin brazos, que se sacó el carné de conducir el 18 de julio de 2011, ya disfruta de un coche propio. Se trata del Ford C-Max 2.0 TDCi Titanium, el más alto de la gama como ha indicado el presidente de Ford España, José Manuel Machado.

En el acto de entrega de este lunes acompañaban a David Rivas los suyos y algunos compañeros de viaje en esta etapa que apenas acaba de comenzar. Entre ellos, uno de sus profesores en la autoescuela Irrintzi (de Basauri, Vizcaya), la única en España donde las personas con alguna discapacidad física pueden obtener su licencia para conducir.

El Ford C-Max de David Rivas cuenta con un gran número de tecnologías que han hecho posible su adaptación a la conducción de él. Tiene cuatro dispositivos en la zona de los pedales que se activan con ambos pies. Mediante un joystick maneja la dirección de vehículo (sería el sustituto del volante en un coche tradicional). ¿Y cómo cambia de marcha? Fácil. Las posiciones del cambio automático se activan con los dedos del pie derecho. Para la velocidad, un pedal que se maneja con el pie izquierdo funciona como acelerador o freno según el caso. Por último, otro dispositivo controla el resto de funciones (luces, limpiaparabrisas y claxon). Eva Vicente, directora de comunicación de Ford, comentaba además que mediante los controles de voz David podrá encender el climatizador o la radio. Pura tecnología para el primer conductor europeo sin brazos.

David, que hasta ahora dependía para desplazarse de terceras personas y acudía al trabajo gracias al tranvía y al tren, podrá desde hoy ir donde quiera gracias a su nuevo coche. Para él ha sido un «camino muy largo pero muy bonito».

Aunque también hubo dificultades. Ser el primer conductor europeo sin brazos obligó a David a que, tras aprobar, debía demostrar que tanto el coche como él podían circular con total seguridad. Finalmente, venció sobre la burocracia.

Sobre qué sensaciones pueden mostrar los otros conductores a su paso, asegura que no se fija demasiado, aunque recuerda sus tiempos en la autoescuela y que se reía con las caras de algunas personas. Lo que sí que tiene claro, y comparten los suyos, es que «hoy se abre el camino para las personas con grandes discapacidades».

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