Por fortuna, es algo sin vuelta de hoja, el DESTINO personal es así. Como en el circo, sin fieras, pero con personas a pleno rendimiento.

Apelo agradecido al sino fundacional de la estirpe; creyente yo, agnósticos otros, indiferentes muchos. Al menos, nadie tiene adjudicado el USUFRUCTO de las vidas y actuaciones ajenas.

La INCERTIDUMBRE es una compañera de viaje incansable, nos tensa la maroma de nuestras andanzas; plena de sugerencias, forjadora de emociones fuertes y de las ansiedades inquietantes.

Pero ahí radica la esencia del DUENDE liberador, nos permite renunciar al tránsito, maniobrar despreocupados, o bien afinar el entendimiento. Somos dueños de esa parcela mágica, en la cual no son suficientes las intenciones.

Nadie es perfecto y el equilibrio difícil. Todo un ejercicio permanente de libertad ejecutiva. En ese TRANCE no ha lugar para las presunciones ni para el aturdimiento paralizante.

Somos verdaderos traductores del destino, sin exageraciones ni deslices irresponsables- Con las OPCIONES a la vista, pero sin la rotundidad del ignorante.