El otro día me las encontré como gotas de agua caídas de no sé donde, FRESCAS y LOZANAS, como estimulantes sensaciones inesperadas. Quién iba a pensar que aún fueran posibles encuentros de tal vigor, sencillos, pero acuciantes, por lo genial de su presencia.

A fuer de espléndidas, conviene una aclaración, no son las imágenes reflejadas en la pintura de Rubens. Estas acogerían también calificativos similares; aunque no voy por las comparaciones. Queda clara la competitividad de muchas gracias.

La primera fue la SINCERIDAD, hallazgo extraño en los predios actuales; fondo imperativo para el pluralismo existencial. Verdadera aportación individual sin remilgos acomodaticios.

Procedente de la inmensidad, le siguió la graciosa ARMONÍA, de variados trazos, vital para la convivencia, renovada en cada impulso y amplificadora de las mejores cualidades. Facilita las sugerencias felices de las colaboraciones.

Y como quien no quiere asomarse, la INSPIRACIÓN hizo su discreto acto de presencia, como germen creativo para el hallazgo de aquellos recovecos fascinantes que nunca hubiéramos pensado.

Con las tres en las cercanías fluyen las buenas noticias de tres en tres.

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Crédito fotografía: imagen original de Juan Salmoral.