Entre ingenuos y descerebrados, que de todo hay, atravesamos fases vitales en las cuales predomina la sensación paralizante, de estar asentados en una planificación de ESQUEMAS previos y estructuras conocidas, sin otra opción que atenernos a ellas.
Instruidos desde la Universidad, escuelas o la docencia familiar, estamos bien surtidos de CARGAS colosales. Son fases muy relacionadas con las fijaciones esquemáticas, en todo caso está pendiente la asignatura de sopesar las aportaciones recibidas.
Va cobrando importancia el DESPERTAR de cada individuo en el cuerpo social. Percibirá si se encuentra domesticando criaturas, manejando tóxicos variados, mirando al vacío o enfrascado en mejores actuaciones.
Porque ya no caben dilaciones candorosas, la INMINENCIA de las respuestas se torna insoslayable, el tiempo es reducido. Hasta la omisión más o menos escapista entra dentro de las decisiones personales y sus efectos.
Y efectivamente, entrar en materia implica al funcionamiento íntegro de la persona. Las partículas constituyentes enlazan a las neuronas, órganos y algo más no tan fácil de medir; para INVOLUCRARSE en las posturas creativas a favor de todos.