No me desdigo, no; que si falta hiciera, desdecirse es sano. Sigue en pie la anhelada TRANSPARENCIA en busca de las mejores cualidades, que tanta falta nos hacen y están ahí, aunque no se vean.

 

El ESTILO personal requiere de los fondos peculiares y reservados. Se configura en las esferas internas, donde se mezclan los hilos del subconsciente, las vibraciones moleculares y los trabajosos cruces de los circuitos mentales.

 

Con la EXTRAVASACIÓN sin mesura de dichas interioridades, estas dejan de serlo, pasan al bagaje general desestructurado. Dejan de ser intimidades y desvirtúan aquel núcleo de la esencia personal.

 

El buen CULTIVO por los adentros de las fuerzas vitales, integra de forma coherente sus diversas pulsiones, requisito básico para configurar la presencia propia; en su doble sentido, activo y receptivo de una persona cabal.

 

Alejados de las modas estridentes, salen a relucir las auténticas intenciones, actuaciones y responsabilidades. De ahí, la importancia del cultivo adecuado de aquellos circuitos propios, ÍNTIMOS. Mantenerlos vivos con esmero, impedirá la adhesión frívola a las incongruencias disparatadas.