SBanco de alimentos de Córdobai otros años la llegada del espíritu navideño se ha notado en la instalación de luces en las calles y el inicio prematuro de la ingesta de mantecados, este año ha sido la solidaridad la que ha marcado el punto de inflexión de estos días de fiesta.

Desde que el Banco de Alimentos de Córdoba culminó la gran recogida a finales de noviembre, cuando consiguió recopilar más de 100.000 kilos de comida destinada a cubrir las necesidades de familias sin recursos y movilizar a miles de voluntarios en toda la provincia, el número de iniciativas ciudadanas interesadas en poner un granito de arena no ha hecho más que multiplicarse.

Ejemplo de ello es la respuesta que ha tenido este año la tradicional campaña de recogida de juguetes de la iglesia de Fátima, en la que trabajan voluntarios de Cáritas como Rocío Roldán o Salvador Valera. «Llevamos años preparando los reyes a los niños del barrio cuyos padres tienen dificultades económicas, pero este año hemos recibido un verdadero aluvión de ayuda, gracias a la colaboración de la asociación de vecinos Amanecer de Fátima, que ha contribuido a multiplicar la recepción de juguetes».

Desde el día 10, una veintena de voluntarios trabaja sin descanso para organizar, limpiar y empaquetar peluches, muñecas, puzzles, juegos de mesa y todo tipo de material que esta Navidad hará las delicias de más de 300 niños. «Ya se ha cerrado la recepción porque no nos daría tiempo a prepararlos, pero los que han entregado cosas pueden estar tranquilos de que todos los juguetes estarán en manos de niños muy pronto».

Cáritas también ha recibido aportaciones económicas como la de 6.000 euros que recientemente le entregó el Colegio de Farmacéuticos, fruto de recortes en los gastos ordinarios de la institución, otros 6.000 que recibió la hermandad de Nuestra Señora de Linares o 1.000 euros que recaudaron los vendedores ambulantes de Uvaco.

Centros escolares de toda Córdoba han optado por la recogida de alimentos, entregados después a distintas organizaciones humanitarias. Entre ellos, el IES Fuensanta, gracias a la acción implacable de cinco alumnos y del AMPA, han conseguido recopilar más de 500 kilos de alimentos en una campaña interna llamada Miles de corazones, un único latido que arrancó el pasado 10 de diciembre y que ha implicado al personal del centro, los padres y los alumnos. Todo el proceso ha estado marcado por la originalidad, motivando a la donación con alumnos–cartel, entrevistas con photocall o actuaciones musicales.

Pacientes de Salud Mental del hospital Reina Sofía tampoco se han quedado indiferentes ante la situación y han recogido 400 kilos de alimentos, que destinaron al Hogar del Transeúnte de Córdoba.

El comedor trinitario ha sido otro de los benefactores que ha visto florecer la solidaridad. Durante todo el mes de diciembre, y en especial, en las últimas semanas. Eduardo, director del comedor, y Antonia, voluntaria jefa de cocina, confirman la actitud comprometida de los cordobeses, si bien insisten en que «Navidad es todo el año» y confían en que «la concienciación que se despierta cuando llegan estas fechas se mantenga después, porque la crisis no va a desaparecer cuando pase la Navidad».

Además del incansable goteo de entrega de paquetes de alimentos donados por grupos de particulares, el comedor ha recibido este año el donativo de los trabajadores de Diario CORDOBA, que a través de una colecta interna recogieron 400 euros para la institución; el fruto de la chocolatada solidaria realizada por la Universidad de Córdoba, o la colaboración de un grupo de antiguos alumnos del colegio Cervantes que cada año rinden homenaje a un compañero fallecido colaborando con una entidad benéfica, explicó Antonia, que destacó la presencia cada vez más habitual en el comedor de personas de Córdoba que hasta hace poco tenían trabajo, pero que, tras haberlo perdido todo, se ven obligadas a recurrir a este servicio.

Algunas de estas familias cordobesas, junto a otras inmigrantes (unas 60 personas en total), se reunieron el 24 de diciembre al mediodía en las instalaciones del Marrubial, donde los asistentes, además de entrantes, comieron sopa de picadillo, solomillo, langostinos, pastel cordobés y mantecados y se les hizo entrega de un paquete de alimentos para pasar la Nochebuena.

Noticia publicada en Diario Córdoba.