Un lector de Cuentamealgobueno llamado Luis Alfonso Ros comparte con nosotros estas reflexiones sobre la lectura y la vida que hoy publicamos.

Vivir Leyendo. Foto de Moyan Brenn.

Vivir Leyendo. Foto de Moyan Brenn.

Si acaso, leer es tan bello como vivir. A ver, a ver, no es comparable en sí, pero la belleza de leer comienza porque puedas elegir qué y esto mismo no es posible en otras tareas.

A ver, os aviso. Intentaré explicarme pero no tengo mucho que contaros ahora. Veremos al despedirme si he logrado demostrar la primera frase.

Qué bueno leer algo emocionante, que nos haga pensar, releer, recordar, compartir, soñar, …, verdad?

Y puestos a disfrutar, si además uno elige y elige bien lo que quiere leer, leer puede transportarnos a una historia donde sentimos lo escrito.

Cuando vivimos, cuando sentimos sin leer, la experiencia es natural, original, real, especial, es principal. Aunque hayamos elegido lo vivido, lo normal es que la vivencia suceda a otra, y ésta a

otra, y así. Casi podría decir que es igual que si no hubiéramos elegido vivencia.

Entonces, podemos elegir lo vivido?

No siempre, no casi siempre, no. Lo vivido no se elige. Se elige, y tampoco, lo que piensas vivir, pero eso no alcanza en nada a lo vivido. Alcanza sólo a lo pensado.

Es bello pensar?, soñar con vivir un momento?, es bellísimo. Y más bellísimo es cuanto más difícil de vivir, si es lo soñado. Pero, a ver, es bonito leer?

Sobre qué? Qué? Elige, busca palabras, busca sentir, puede pasar que pienses viviendo lo que lees y, también, que leas pensando lo que vives, incluso, aunque menos probable, que vivas

leyendo lo que piensas.

Entonces, leer algo iguala a vivir algo?

No, pero elige bien lo que lees, piensa, saborea la buena lectura, la buena historia. Mientras puedas, procúralo siempre, elige lo que vives. Para saber si elegiste bien, habrá que haberlo vivido,

casi leído en la memoria.

Vive y lee, casi seguro que leer ayuda a vivir y seguro que vivir permite leer.

Bien, elegiste leer esto? Seguro que hubieras preferido vivir aquello que pensaste mientras lo hacías. Yo?, también mientras lo escribía.

Dirigido pues, casi exclusivamente, a mí mismo.

Resumiendo más, qué bueno poder leer, qué bueno escribir!