Nanma Maram.

Restaurante y cafetería Pappadavada.

Coloca un frigorífico en la calle para dispensar comida a los que lo necesiten.

En Kerala, India, hay vecinos que pasan hambre y pensando en hacer algo bueno por ellos, al dueño de un restaurante de esta región del suroeste de India, se le ocurrió una ingeniosa forma de ayudarles.

Para ello, el restaurante café «Pappadavada» ha instalado un frigorífico en mitad de la calle, en frente de su local, que está en funcionamiento las 24 horas del día y disponible para aquellos que necesiten comida.

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Lo curioso del asunto es que el frigorífico está vacío, es decir, el restaurante pone el frigrófico y corre con los gastos de electricidad que supone y son los vecinos los que lo llenan de comida para más necesitados.

A través de su página de Facebook, el restaurante emitió un mensaje a sus seguidores pidiéndoles ayuda para llenar el refrigerador con las sobras que que tuvieran en casa.

Minu Pauline es el nombre del propietario, tiene un doble fin con el frigorífico solidario: por un lado con él considera que podrá dar de comer a las personas sin hogar de Kerala y por otro lado, cree que servirá para enseñar a los ciudadanos a no desperdiciar alimentos.

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El frigorífico ha sido apodado cariñosamente Nanma Maram, que significa árbol de la bondad.

Pappadavada prevé mantener la nevera surtida con al menos cincuenta menús al día, gracias a las comidas que sus comensales donan.

Esto ya ha pasado en España…

Pues sí, me llevé un gran asombro al encontrar un caso parecido en el País Vasco, en concreto, en la ciudad de Galdakao (Galdácano) en Vizcaya.

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En este caso, fue al encargado del banco de alimentos del pueblo al que se le ocurrió la idea de instalar una «Nevera Solidaria» la «Solidaridad Nevera».

Cuando Álvaro Sáiz veía a la gente rebuscar entre los contenedores de basura en busca de comida, pensó que tendría que haber una mejor manera para que los restaurantes e incluso los vecinos, pudieran donar los alimentos no usados.

Para ello, se dirigió a la alcaldía con su plan para poner un refrigerador en la calle, donde la gente pudiera entregar las sobras y las personas hambrientas pudieran llevarse lo que necesitaran.

«Cuando llegó al ayuntamiento con esta idea, pensé que era a la vez loca y brillante» dijo el alcalde Ibon Uribe, «¿Como podria decir que no?».

Tras la propuesta de Álvaro, llevaron a cabo una investigación jurídica y económica y la ciudad finalmente recaudó unos 5.000€ para el proyecto.

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En este frigorífico no hay carne cruda o huevos y la comida tiene que ser tirada ​​después de cuatro días, para evitar que nadie enferme, aunque los vecinos reconocen que los alimentos que colocan duran tan sólo unas pocas horas.

Los restaurantes de la zona ponen pintxos sobrantes en la nevera, hay personas que cocinan expresamente para poner su comida en este frigorífico solidario y hasta los colegios del pueblo organizan excursiones a la nevera, para enseñar a los estudiantes jóvenes a compartir y no desperdiciar los alimentos.

Dos iniciativas solidarias que demuestran la bondad de las personas, especialmente en momentos difíciles y que no podían faltar en Cuentamealgobueno.com.