Joana Bolling, jugadora de la selección argentina de balonmano, ha decidido no ir a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y lo ha hecho por una buena causa.

20160419-1

La deportista estaba ante la gran posibilidad de su vida, ya que después de mucho batallar y de dar muestras de su talento, estaba a punto de lograr el gran objetivo: participar en los próximos Juegos Olímpicos.

Sin embargo, la joven ha renunciado al que sin duda es el sueño de todo deportista de élite y lo ha hecho para ayudar a su padre Elnes Bolling, un baloncestista retirado de la Liga Nacional natural de las Islas Vírgenes, que sufría una insuficiencia renal y necesitaba urgentemente un trasplante.

Joana, sin pensarlo dos veces, eligió entre el deporte y su padre y tomó la decisión: le donará un riñón. La operación y el posterior período de recuperación, recién le posibilitará volver a entrenar pasadas las Olimpíadas.

«No iba a dudar de donar por las Olimpíadas. Esto es más importante que el handball», ha dicho la deportista a los medios de prensa.

Un noble y honroso gesto, que sin lugar a duda, ni su padre ni la afición argentina, olvidarán jamás.