El lince ibérico nos sigue dando alegrías.
Lagunilla, una lince liberada el 11 de mayo de 2015 en el Valle del Guadiana dentro del proyecto de recuperación LIFE+Iberlince, ha dado a luz a dos cachorros esta primavera.

Una de las crías de Lagunilla, fotografiada por los técnicos del Instituto da conservação da natureza e das florestas (ICNF), socios del LIFE+ Iberlince en Portugal
Los técnicos del ICNF –socios del proyecto en Portugal- han podido fotografiar a estas crías, que tienen cerca de dos meses, junto a su madre, y es posible que exista una tercera.
Otra buena noticia fruto del esfuerzo del proyecto LIFE+ Iberlince, en el que participa WWF para devolver al lince ibérico a los territorios donde desapareció.
Gracias a las labores de monitorización y seguimiento con foto-trampeo de los técnicos del ICNF, se pudo confirmar con varios vídeos la gestación de Lagunilla por el abultado abdomen que mostraba.
Se calcula que las crías nacieron entre el 2 y el 8 de marzo, y el 12 de mayo los técnicos consiguieron observar a los cachorros.
Hace algo más de una semana, se confirmó la existencia de la primera camada de lince nacida en libertad en territorio luso en décadas, en ambos casos resultado del trabajo del LIFE+ Iberlince para reintroducir al lince en Portugal.
El Valle del Guadiana es una de las cuatro áreas que el lince está reconquistando gracias al proyecto, junto a el valle del Matachel en Badajoz (Extremadura), y Montes de Toledo y la falda norte de Sierra Morena (Ciudad Real) en Castilla-La Mancha.
A estas buenas noticias hay que añadir también la hazaña de Litio. Este lince, que fue puesto en libertad hace un año en el Valle del Guadiana (Portugal), ha sido capturado en Gibraleón (Huelva) por técnicos del LIFE+Iberlince.
Aunque su estado de salud es un poco débil porque está hambriento, es una excelente noticia porque demuestra que existe posibilidad de conexión entre el Valle del Guadiana y Doñana.
Este ejemplar ya ha sido trasladado al CREA para su valoración. No es la primera vez que un lince hace un viaje tan largo: en 2013 el lince Hongo, liberado en Doñana con un collar emisor, recorrió más de 250 kilómetros y fue detectado gracias a las cámaras trampa en Vila Nova de Milfontes, al suroeste de Portugal.
«Necesitamos que las poblaciones de linces estén conectadas. Si se aíslan, habrá problemas genéticos. Aunque tenemos estudios hechos sobre las conexiones, estamos empezando y aún nos falta información, por lo que todo lo que tengamos es importante para saber qué más conexiones podrá haber. Con los datos que facilita el GPS que llevan incorporados los linces tenemos datos, pero tenemos poco conocimiento sobre la dispersión en grandes distancias», indica Ramón Pérez de Ayala, responsable del proyecto Iberlince en WWF España.
Estos primeros ejemplares que se lanzan a explorar habitualmente suelen encontrarse con unas condiciones de salud débiles, pero se tienen registros que confirman que, cuando un lince recorre un largo camino, luego hay más ejemplares que siguen la misma ruta.
Con los nuevos datos obtenidos por el recorrido que ha seguido Litio, los técnicos podrán trabajar para facilitar el camino a los futuros linces que se lancen a la aventura. Conseguir que las distintas poblaciones estén conectadas -por ejemplo, que los linces de Doñana puedan llegar a Sierra Morena- es vital para asegurar la supervivencia a largo plazo de esta especie única en el mundo.
Fuente: WWF.