Científicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) registran con imágenes cómo se comporta el cerebro cuando queremos suprimir un recuerdo.

Existen dos posibilidades para deshacernos de recuerdos no deseados, suprimiéndolos o sustituyéndolos. Para el primer caso y en palabras de Ronald Benoit, se interrumpe el proceso de recuperación de recuerdos, mientras que en el segundo se sustituyen unos recuerdos por otros menos desagradables. Igualmente, el propio cerebro pone en marcha dos regiones distintas para cada uno de estos dos mecanismos de olvido.

El estudio fue realizado a un grupo de 36 voluntarios.  En primer lugar se sometieron a una serie de ejercicios de memorización a partir de la asociación de pares de palabras, como por ejemplo “montaña-América”. A continuación debían intentar olvidar la segunda palabra a partir de uno de los dos procesos –supresión y sustitución. A lo largo del experimento se utilizaron técnicas de imagen por resonancia magnética funcional (fMRI) para analizar las dos formas en que olvidaban.

Los resultados demostraron que al suprimir un recuerdo, el hipocampo -región para el recuerdo de eventos pasados- quedaba inactivo. Sin embargo, al sustituir unos recuerdos por otros se ponen en marcha dos regiones del cerebro distintas que actúan para borrar recuerdos indeseados y traer otros a la memoria.

Como conclusión del estudio se afirmó que ambas estrategias son igualmente efectivas y que la información extraída del mismo puedellegar a ser muy útil para determinados tratamientos en los que el conocimiento de métodos de olvido sea fundamental.