Seguro que muchos de vosotros tenéis infinitas listas mentales de cosas que os gustaría hacer o comprar si os tocase la lotería, apostamos también a que os habéis visto protagonistas del cuento de la lechera en más de una ocasión.

¿Qué pensaríais si os hablase de personas que teniéndolo todo, han preferido renunciar a ello para llevar una vida como las nuestras, más sencilla?

Las cosas mas sencillas de la vida como la familia, los amigos o simplemente un día tranquilo leyendo un libro o viendo una película pueden llegar a situarse en  un escalon muy por encima del dinero, la fama, y todo lo material.

JD Salinguer, autor de la novela «El guardián entre el centeno» y con la que llegó a convertirse en una estrella americana de la literatura, al poco tiempo de alcanzar la fama decidió alejarse de la vida pública y disfrutar de los placeres del anonimato en una comunidad aislada en New Hampshire:

De Tom Shadyac, importante director de cine en Hollywood y con un gran número de éxitos a sus espaldas, se piensa que tras haber sufrido un accidente de moto y desilusionado con la vida en Hollywood decidió donar toda su fortuna a causas benéficas. No ha abandonado su trabajo pero ha decidido darle un nuevo enfoque, con documentales como el dedicado a la crítica del materialismo de nuestra socidad:

Otro destacado director de cine, John Hughes, decidió dar un vuelco a su vida sustituyendo el éxito y la fama  para poder disfrutar de una vida familiar a las afueras de Chicago. Aunque no abandonó del todo su trabajo, llegó a escribir la película protagonizada por Jennifer López «Sucedió en Manhattan»:

Las oportunidades millonarias que llega a ofrecer el mundo televisivo también parecieron no ser suficientes para Dave Chappelle, un famoso cómico de Estados Unidos que decidió huir hacia el anonimato para vivir tranquilamente con su familia en una zona rural de Ohio:

Un último ejemplo de estos famosos que dieron un giro radical a sus vidas es Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la luna. En lugar de explotar las oportunidades que su gran paso por la historia le ofrecía, decidió hacer caso omiso de las llamativas propuestas publicitarias y de avales y alejarse de la fama para trabajar en un pequeño departamento de la universidad aeroespacial. Únicamente decidió convertirse en portavoz de Chrysler a razón de que este era un buen departamento de ingienería: