La milagrosa aventura de Jamie

Kate y David Ogg, una pareja de australianos que esperaban ansiosos la llegada de sus mellizos protagonizaron esta entrañable historia con final feliz.

Kate y David abrazando al pequeño Jamie

Kate y David abrazando al pequeño Jamie

A los siete meses de gestación el embarazo se complicó, por lo que rápidamente los médicos tuvieron que intervenir. Emily nació completamente sana, pero Jamie apenas pesaba un kilo, ni siquiera respiraba. Intentaron reanimarlo durante veinte minutos, pero tristemente nada más se podía hacer, por lo que certificaron su muerte.

Entregaron el bebé a Kate  para que le diera el primer y último abrazo, acurrucó a Jamie y junto a su esposo, los tres se fundieron en un largo abrazo. Instintivamente ambos comenzaron a hablarle y tras dos horas la frase «la vida es un milagro» adquirió especial sentido para la pareja: Jamie comenzó a moverse, a mostrar signos de vida, dos horas después de haberlo declarado muerto. El doctor aseguró que sólo se trataba de actos reflejos, sin embargo, Kate insistió y tras volver a revisar al bebé confirmaron que estaba vivo, sus tímidos latidos lo confirmaban.

 Sentí que se movía como si estuviese asustado, y entonces empezó a jadear más y más regularmente. Pensé: ¡Oh, Dios mío! ¿Qué está pasando? Poco tiempo después, abrió los ojos.

Hoy en día Jamie y Emily crecen en familia rodeados de una excelente salud.

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Intentando buscar una explicación

Mientras muchos hablan de especie de milagro, los Ogg señalan el método «Canguro», que hace referencia al modo en el que los canguros llevan a sus crías dentro de la bolsa marsupial para que continúe con su crecimiento fuera del útero. Además, los expertos confirman que el contacto piel con piel resulta muy efectivo y de vital importancia en los recién nacidos prematuros.  “En los recién nacidos prematuros tan extremos como este caso, es frecuente que los médicos –por algunos minutos– no puedan auscultar los latidos del corazón. No es un milagro, esta es una situación relativamente frecuente. Por tal motivo, en las maternidades se espera un tiempo prudencial, que dependerá de la edad gestación del bebé,antes de dar por muerto a un recién nacido prematuro”, explica el Dr.Miguel Larguía, jefe de neonatología de la Maternidad Sardá, en Buenos Aires. “El hecho de que la mamá haya mantenido tanto tiempo al bebé sobre el pecho desnudo, hizo que pudiera conservar la temperatura y que por sus propios medios volviera a iniciar la respiración. Seguramente si ese bebé hubiese sido trasladado a la morgue de la clínica, no hubiera sobrevivido«.

Kate feliz con Jamie

Kate feliz con Jamie