Los drones visualizan tanto el interior como el exterior de los edificios históricos
No se puede discutir que los drones cada vez están pisando con más fuerza. Son múltiples las utilidades que tienen hoy en día y las que quedan por venir, facilitándonos en la mayoría de los casos la vida.
En Castilla y León no han dejado pasar la oportunidad que les brinda estos pequeños vehículos aéreos no tripulados, y la han aprovechado para proteger sus monumentos históricos. Son numerosos los edificios con historia que se encuentran derruidos o descuidados, por el paso del tiempo en los caminos de esta comunidad. Para estudiarlos y evitar que su desgaste vaya a más, entran en escena los drones.
Ya hay sesenta empresas que utilizan éstas aeronaves para sobrevolar los monumentos y edificios, y no solo eso, los pequeños drones también se cuelan por el interior para comprobar su estado. Castillos, iglesias o edificios históricos quedarán inmortalizados para actualizar su estado. Este método ha conseguido abaratar los proyectos de restauración, facilitar la construcción de maquetas en tres dimensiones además de simplificar el análisis detallado de los muros del edificio en cuestión.
Gracias a la tecnología que incorporan los drones, al sobrevolar el espacio a estudiar, también realizan exploraciones de los yacimientos que aún puedan permanecer enterrados, y esto también les lleva a poder estudiar mejor la complejidad de plantas de edificios, patios, habitaciones de villas romanas etc…
Entre los lugares en los que ya se han hecho estudios con esta nueva tecnología se encuentran el monasterio de Santa María de Moreruela (Zamora), el puente y la calzada romana de Ledesma (Salamanca), La iglesias de San Pelayo de Hortigüela (Burgos) o en la iglesia de nuestra Señora de los Ángeles (Palencia).
La arqueología aérea en la historia
Salvando las distancias, el estudio aéreo de los monumentos históricos existe desde hace años. Fotógrafos a bordo de avionetas y ultraligeros han inmortalizado desde hace décadas multitud de espacios desde las privilegiadas alturas. Algunos documentos señalan el nacimiento de la arqueología aérea en el año 1925.
En Castilla y León ya hubo un proyecto de arqueología aérea en la década de los noventa, sobre unas villas romanas que sirvieron para documentar al detalle sus características. Los drones vienen a perfeccionar esa técnica ya empleada desde hace tiempo.
Bailando con la legalidad
Con la llegada de los drones, el Gobierno español ha creado una serie de leyes que los particulares y empresas deben tener en cuenta a la hora de volar sus aeronaves. Entre ellas, existe la legislación que prohíbe sobrevolar núcleos urbanos o espacios con una alta masificación de personas, algo que no beneficia en nada a estos proyectos ya que, normalmente, los edificios históricos se encuentran en plena urbe.
De mientras que estas leyes sigan igual, los drones seguirán aportando información privilegiada de aquellos lugares donde sí puedan sobrevolar, contribuyendo a frenar el deterioro del patrimonio histórico cultural.
