GENIECILLOS

De tan exactos y sabios como pretendemos mostrarnos, con frecuencia ocupamos los peores grados de la estupidez, siendo así que las mejores NOTICIAS discurren generosas aunque no les hagamos caso.

La tan admirada civilización de los mayas preconizó la presencia efectiva de los ALUXES, como seres informativos de las características ambientales que nos configuran como somos.

Estos días leemos criticas furibundas contra quienes afirmen creer en la presencia efectiva de esos DUENDES del bosque, de la montaña, del mar, de la lluvia, del sol y la luna; sobre todo porque son insobornables.

Que si no existen físicamente o son inalcanzables. Mucho habría que hablar de las PRESENCIAS reales en medio de tantas influencias de todo género. La simple morfología deja lagunas sin explicación.

El RESPETO por las figuras simbólicas arraigadas en la existencia humana debe ir más allá de lo simpleza de cada observador.

Las orientaciones del buen hacer circulan por vías insospechadas, son una INVITACIÓN constante a la armonía existencial.