Un equipo de investigadores pertenecientes al grupo DIANA(Diseño de Interfaces Avanzados) de la Universidad de Málaga creó un sistema que simplifica a personas con parálisis muscular la comunicación a través de un ordenador.

La aplicación recibe el nombre de UMA-BCI Speller e interpreta las reacciones del cerebro ante estímulos visuales en forma de letras o dibujos y construye mensajes que se pueden emitir gracias a un sintetizador de voz.

Pacientes con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), síndrome de enclaustramiento o distrofia muscular podrán beneficiarse de este sistema.

 

equipo de investigación de la universidad de málaga

 

La herramienta actúa a modo de intermediario entre un lector del encefalograma y un sistema informático capaz de traducir estos impulsos en acciones concretas, como escribir una palabra o emitir un mensaje de audio.

Para ello, crea un entorno gráfico más amigable e intuitivo, similar al presente en cualquier móvil, que evita al usuario tener que conocer los entresijos informáticos.

 

El objetivo de la investigación es que cualquier paciente o cuidador pueda acceder a este tipo de soluciones, sin necesidad de disponer de conocimientos informáticos previos.

 

El sistema se encarga de interpretar los estímulos que se generan en el cerebro, en concreto en el lóbulo occipital, y los muestra en la pantalla en forma de palabras y, si se desea, la máquina las pronuncia en voz alta.

Otro de los avances que aporta UMA-BCI Speller es la versatilidad a la hora de definir el teclado que se quiere usar, tanto en las opciones como en la forma.

El proyecto, contó con la financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad, del programa FEDER, de INDRA sistemas y de la Fundación Universia.

Actualmente continúa no solo en la mejora de la aplicación sino también en su integración dentro de un paquete completo que permita sacar este recurso fuera del entorno científico.

Para ello, los expertos buscan reducir los costes al mínimo. “La herramienta permite la comunicación entre el paciente y la máquina, pero hace falta un aparato que interprete esas señales del cerebro que la hacen posible y cuyo coste en un laboratorio puede rozar los 30.000 euros”, afirmó Ricardo Ron, responsable del proyecto.

El equipo de investigación se encuentra actualmente probando las opciones más económicas para el registro de las señales electroencefalográficas que hay en el mercado hoy.

 

El equipo está intentando poder ofrecer a los pacientes la oportunidad de disponer del sistema completo por un coste inferior a 1.000 euros.