• Con el objetivo de mantener la seguridad ante el aumento de la incidencia, muchas empresas dejan atrás las tradicionales cenas navideñas y apuestan por otros obsequios con fines solidarios para sus empleados.
  • Tan solo FUNDACIÓN JUAN XXIII ha conseguido repartir más de 90.000 cestas y facturar más de 4 millones y medio de euros.
  • Gracias a esta apuesta, además de emplear a más de 20 personas con discapacidad intelectual, se van a poder realizar multitud de acciones solidarias como el reparto de comidas para personas en riesgo de exclusión o de regalos para personas mayores que viven solas.

Este año, ante el peligro del aumento de la incidencia y la nueva variante ómicron, muchas empresas han decidido cambiar sus tradicionales cenas navideñas por el reparto de cestas de regalo para sus empleados. El objetivo de esta propuesta es mantener la seguridad y evitar más contagios. Por tanto, han sido muchas las entidades que han apostado por ofrecer a sus trabajadores otro tipo de obsequios para esta Navidad. En muchas ocasiones, incluso, su coste se ha destinado a fines sociales y solidarios.

Desde los centros que ofrecen este tipo de servicios llevan días trabajando sin descanso para llegar a tiempo a todos los pedidos. Entre ellos se encuentra el Centro Especial de Empleo de FUNDACIÓN JUAN XXIII. Se trata de una entidad que lleva más de 50 años trabajando para la inclusión social y laboral de personas en riesgo de vulnerabilidad psicosocial.

Dicho centro, un año más, ha podido emplear a más de 20 personas con discapacidad intelectual y/o enfermedad mental entre la parte administrativa y de montaje. Todo ello gracias a la contratación de su servicio de Cestas de Navidad o regalo solidario por parte de sus empresas colaboradoras.

Regalo de cestas: una tendencia al alza

Desde el comienzo de la pandemia hemos sido testigos de cómo, cada vez más, las empresas están apostando por el desarrollo de acciones solidarias. Sin embargo, el impacto de la crisis sanitaria está haciendo más necesario que nunca ayudar a los más desfavorecidos.

En este sentido, la contratación de servicios de cestas con fines solidarios, como el que ofrece esta Fundación, es un claro ejemplo de ello. Las empresas que lo contratan, además de tener un detalle con sus trabajadores, refuerzan su RSC. E igualmente se aseguran realizar una inversión cuyo coste se destina en su totalidad a fines solidarios. En este caso, así, además de apoyar la propia misión de la Fundación, se aseguran cumplir con la Ley de Discapacidad.

Este año, han sido empresas como Bricomart, Kuehne Nagel o Fujistsu, entre otras, las que se han sumado a esta bonita iniciativa. Gracias a las aproximadamente 90.000 cestas encargadas, aparte de la contratación directa de personas con discapacidad intelectual, solo con este servicio se han recaudado más de 4 millones y medio de euros que, a su vez, se destinarán a multitud de diversas acciones solidarias.

Cadena de acciones con carácter social

Gracias al margen de beneficios de este servicio, desde FUNDACIÓN JUAN XXIII, un año más, aparte de ayudar a financiar su propia misión, van a poder realizar otras acciones de carácter solidario. Entre ellas están, por ejemplo, el reparto de más de 130 comidas en colaboración con Cruz Roja para personas refugiadas y/o en situación de vulnerabilidad o un reparto de regalos a domicilio para personas mayores que viven solas.

En palabras de Victoria González, Gerente de Marketing Promocional y Comercio Solidario de FUNDACIÓN JUAN XXIII: “Gracias a la contribución del tejido empresarial, desde entidades como la nuestra podemos seguir desarrollando acciones que permitan cumplir con nuestra misión y remar a favor del progreso social. Todo ello, brindando oportunidades para todas las personas y, en especial, para quienes requieren mayores apoyos”.

CAB/AR