Por lo que diré, lo doy por supuesto, cada PUEBLO tendrá el suyo. Darlo por descubierto y aprovechado, es mucho decir cuando su gente atiende a otros fervores. Ignorarlo parece excesivo, porque sus bienes han sido utilizados en mayor o menor medida. Al fin, su prestancia es una incógnita.

 

Los recovecos del agua subterránea o sus corrientes superficiales atraen la atención sobre sus RELACIONES con los territorios, energía luminosa, magnetismos e incluso su manera de desenvolverse a través de los tiempos.

 

Llaman la ATENCIÓN desde los pozos a las carreteras, con la distribución de rígidas construcciones; así como el acompañamiento de los vegetales, huertanos, rupestres o simplemente erráticos. Una serie de vinculaciones entrañables.

 

No me olvido, no; de alguna manera se percibe un hálito estremecedor y cálido, el de los PREDECESORES, resumidos en una serie de restos, planteamientos existenciales y alguna obra duradera.

 

Con suburbios y alturas, frondosidades y planicies, interesados o jactanciosos, detectamos en plena cercanía, la auténtica RIQUEZA a disposición de quienes sientan esa hambre y estén dispuestos a tomarla en consideración.