Es inevitable pasar dos crestas

al inicio de una vida sentida.

En origen MENDIUTZ(1) es la partida,

idea de Chillida, portal de fiestas.

 

Ya en camino, nos tapan las forestas,

la segunda cresta para una vida.

Muguerza plantea la tenaz herida,

ZALANTZAMENDI(2) las dudas enhiestas.

 

Son encrespadas las olas vitales,

muchos focos entre gran algarabía.

Entre estos vientos somos los árboles

 

Pensantes, orgullosos, ¡gran ironía!

¿Dónde encontrar unos buenos augures?

¿El buen talante dónde lo encontraría?

 

  1. Mendiutz: Monte vacío, lugar de encuentro.
  2. Zalantzamendi: El monte de la duda, la cumbre de la perplejidad.

 

 

No se trata de ir por el monte, como las cabras. El ímpetu debería servirnos para subir a la cima de la mejor vida, con los encuentros y las experiencias fascinantes. Poner el énfasis en esa subida al monte.

 

No podemos partir de las ideologías y estructuras preestablecidas, NO son el origen, tienen otro papel en la vida, apropiado para otras consideraciones. ¿Tenemos o no tenemos valor como personas? La respuesta es radical e individual.

 

Resplandece la idea del encuentro, dándole valor a cada ente humano en particular

y promoviendo lugares accesibles. Estos sitios de co-participación son primordiales; facilitarlos, nuestra tarea.

 

¿Soluciones? ¿Evidencias? ¡Ah! somos muchos mares de dudas, cada persona la cúspide de una duda permanente como fuente de su propia vida.

 

La vida nos lleva por mil vericuetos. No parece lógica la creación de nuevos laberintos. La fascinación surge con el cuidado de los nuevos árboles humanos de recia y cabal compostura, nacen desde abajo.

 

Surge la capacidad de soñar y pensar en las cumbres vitales, con las trayectorias hacia esas cumbres. Después…habrá muchos tipos de navegación y no conviene que olvidemos el origen y las condiciones propias.

 

Hoy acabaría con un homenaje a Violeta Parra y su inolvidable: «Gracias a la vida que me ha dado tanto, / Me ha dado la risa y me ha dado el llanto. / Así yo distingo dicha de quebranto, / los dos materiales que forman mi canto, / y el canto de ustedes que es el mismo canto / y el canto de todos, que es mi propio canto».