Como aperitivo de la visita al gran palacio barroco de la capital francesa y con el propósito de incentivar su turismo, París ha ideado una forma jugosa y original de conectar la ciudad con Versalles: un tren-palacio.

Se trata de un tren urbano perteneciente al ramal de una de las líneas más largas de la ciudad, una ruta bien conocida por los turistas que llegan cada año. El tren, revestido de imágenes idénticas a determinados rincones de Versalles, como El Salón de los Espejos, la habitación de María Antonieta en el Petiti Trianon, o el Templo del Amor, prepara al visitante a lo que podrá ver más tarde en vivo y en directo:

Una forma elegante de viajar