Practicantes de esta ancestral Disciplina de Qigong en Tenerife nos cuentan algo bueno.

Si te acercas hasta el parque de García Sanabria, en Santa Cruz de Tenerife, una mañana de domingo, es muy probable que te encuentres con un grupo de personas practicando Falun Dafa, una ancestral disciplina de Qigong (*) dirigida a optimizar la salud del cuerpo, de la mente y del espíritu, a través del ejercicio y la meditación.

Falun Dafa en Tenerife

Práctica del Falun Dafa en el parque de García Sanabria (Tenerife)

La esencia filosófica de Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, se cimenta sobre tres virtudes o principios universales: Verdad, Benevolencia y Tolerancia.

Durante siglos, esta disciplina fue transmitida de maestro a discípulo hasta que a principios de los años 90 del pasado siglo, el Sr. Li Hongzhi lo dio a conocer al público en general, aprovechando la apertura hacia estas disciplinas que dos décadas antes había comenzado a facilitar el Qigong en China. En poco tiempo, el Falun Dafa se convirtió en la práctica de Qigong más popular del país más poblado del planeta.

A diferencia de otras disciplinas afines, Falun Dafa se caracteriza por estar constituida por dos aspectos: práctica y cultivación. No puede haber una sin otra para los practicantes de esta metodología que es, en esencia, una filosofía de vida.

(*)Qigong: Qi ó Chi es la energía vital, universal y Gong ó Kung se refiere a la realización de un trabajo que conlleva dedicación, tiempo y esfuerzo.

La parte práctica, tiene por objetivo la mejora de la salud del cuerpo, mediante una serie de ejercicios, inspirados en las prácticas budistas y taoístas, concebidos como vías para transformar la energía vital (Qi) y encontrar el equilibrio físico, emocional y mental. Se concibe el organismo como una unidad psico-física donde la mente dirige la energía vital, desbloqueando meridianos y ayudando al cuerpo a prevenir posibles desequilibrios o enfermedades.

Por otro lado, la “Cultivación” es el aspecto considerado como el más importante y se refiere al desarrollo espiritual mediante el estudio e integración de los tres principios básicos anteriormente mencionados (Verdad, Benevolencia y Tolerancia) que permiten “la conexión progresiva con nuestra naturaleza original, pura y altruista”.

Aseguran los aprendices de Falun Dafa que “con la práctica, los pensamientos negativos y deseos desaparecen paulatinamente y pierden su poder. Esto significa lograr vivir en armonía con las características del cosmos y volver al ser original y verdadero”.

En otras palabras, lo que caracteriza a los practicantes de Falun Dafa es su intención de integrar en la vida diaria los principios de la filosofía esencial de esta disciplina. Es decir, llevar una vida coherente con lo que practican. En ese sentido, el Falun Dafa es mucho más que un “deporte” o una serie de “ejercicios saludables”, es una forma de entender la vida.

Falun Dafa no persigue intereses ni fines políticos. No existe una entidad de miembros ni una organización, y toda participación es libre de cargos u obligaciones. La enseñanza de los ejercicios es impartida por practicantes voluntarios y es gratuita. Una vez que alguien aprende los ejercicios y principios de la práctica, puede realizarlos por sí mismo en su casa o en un lugar público junto a otros con los que podrá compartir sus progresos con la “cultivación”. Todas las actividades de Falun Dafa son abiertas al público y todo el mundo es siempre bienvenido.

Paradojas de la vida: Una práctica “prohibida” en su lugar de origen.

Es impensable, bajo nuestro prisma cultural, pensar que alguien pueda ser castigado por practicar una filosofía de vida que busca la salud y el bienestar de cuerpo y mente pretende vivir su vida bajo la consigna de tres conceptos tan encomiables como la verdad, la benevolencia y la tolerancia. Lamentablemente, es precisamente en el lugar de origen del Falun Dafa, en la propia China, donde sus practicantes no disponen de lo esencial para ejercer esta disciplina: la libertad.

En los primeros años de introducción del Falun Dafa en el gran público de China, el Gobierno y los medios de comunicación reconocieron públicamente los beneficios que esta práctica aportaba a la salud y el bienestar del pueblo chino. Pero en el año 1999, el presidente Jiang Zemin declaró ilegal la práctica del Falun Dafa, comenzando una campaña de persecución sin precedentes en la historia del país. “Demasiada gente haciendo algo sobre lo cual el partido comunista no podía ejercer directamente un control autoritario”. Desde entonces, se estima que el número de practicantes de Falun Dafa perseguidos supera los 50 millones. Desde la encarcelación hasta la tortura o la muerte, pasando por castigos económicos y sociales o una agresiva campaña propagandística dirigida a desacreditar por todo el planeta a esta inocua disciplina… todo cabe y todo vale para el gobierno comunista chino. Estos dirigentes dejan en evidencia que la verdad, la benevolencia y la tolerancia no forman parte de su código vital.

Los practicantes de Falun Dafa de todo el mundo, han respondido a la opresión con reclamos públicos y manifestaciones pacíficas, como no podía ser de otro modo… dando ejemplo de su coherencia. Quién lo diría… practicar el Falun Dafa se convierte en un acto reivindicativo que pide el restablecimiento de los derechos humanos fundamentales. Sin duda, un gran motivo por el cual iniciarse en esta saludable disciplina.
Falun Dafa en Tenerife.

Practicantes tinerfeños de esta disciplina nos cuentan algo bueno…

Vicente, Mª del Cristo y Dorin han permitido tomar unas imágenes para Cuentamealgobueno.com mientras practicaban sus ejercicios y meditaciones en el parque. Al terminar nos han hablado sobre su visión personal de esta disciplina.

Vicente nos cuenta que el Falun Dafa ha supuesto para él un cambio de perspectiva: “veo la vida de una forma diferente. Con la práctica del Falun Dafa me siento más capaz de lidiar con los asuntos cotidianos y siento que me aporta energía y salud para estar bien”. Vicente resalta la importancia de vivir consciente de los tres principios básicos de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.

Por su parte, Mª del Cristo afirma que para ella el Falun Dafa es un arte que, además, le permite darse cuenta de que necesitamos vivir no solo de puertas hacia afuera sino también tomarnos el tiempo para conectar con nosotros mismos y ”recargarnos”: “Nunca se nos olvida recargar el móvil o limpiar nuestro ordenador de posibles virus. Pues lo mismo sucede con nosotros. También funcionamos con energía y debemos cuidarla y mimarla para alcanzar una mayor calidad de vida”.

Por último, Dorin reconoce que no es fácil vivir acorde a los tres principios del Falun Dafa en nuestra sociedad, pero afirma que merece la pena hacer el esfuerzo y “plantearnos qué clase de persona estamos siendo”. Para Dorin, los ejercicios son un complemento al método de cultivación que propone el Falun Dafa y que asegura “no viene nada mal recordar hoy en día estos valores que nos llevan al fin y al cabo, a mejorar y a avanzar como personas”.

Para saber más:

Texto: María D. Pérez
www.mariakine.es
Fotografías: María D. Pérez y Lorenzo Monagas