También en el arte se crean barreras que impiden a personas con deficiencia visual poder disfrutar de las obras. afortunadamente hay quien ha pensado en esto y han comenzado crear obras accesibles a todo el mundo de forma que mediante el tacto, aquellas personas que no pueden ver también pueden disfrutar de la belleza de estas.
Arte Para Tocar
El museo de bellas artes de Bilbao e Iberdrola ponen en marcha una actividad educativa pionera, dirigida a personas con discapacidad visual.
El Departamento de Educación dispone de recorridos en sala y talleres de experimentación, dirigidos a discapacitados visuales e intelectuales, y a otros colectivos con necesidades especiales.
Gracias a una técnica pionera específicamente diseñada para conocer pinturas a través del tacto las personas con discapacidad visual pueden acceder al conocimiento de las obras de arte, para ello se han seleccionado cinco cuadros entre las obras maestras de la colección permanente del museo. Éstas obras son: La Anunciación de El Greco, San Sebastián curado por las santas mujeres de José de Ribera, Lot y sus hijas de Orazio Gentileschi, Mujer sentada con un niño en brazos de Mary Cassatt y Lying figure in mirror de Francis Bacon.
Esta novedosa técnica –denominada Didú y desarrollada por la empresa Estudios Durero de Bilbao– consigue conferir texturas y un relieve de hasta cinco milímetros a imágenes planas. El proceso se desarrolla a partir de una fotografía de la imagen en alta resolución. Después, se seleccionan las texturas y volúmenes más idóneos para guiar las manos de la persona invidente. En este aspecto, pequeños detalles, aparentemente insignificantes, pueden ser fundamentales para comprender la composición o el tema que se desarrolla en cada cuadro. Tras unas cuarenta horas de trabajo en cada imagen, los volúmenes y texturas quedan definidos y se imprimen con una tinta especial. Después, en un proceso de unas doce horas de duración, se aplica un procedimiento químico que consigue dar volumen a elementos inicialmente planos. Sobre ellos se imprime la imagen real y con los colores originales, en un tamaño de unos 80 x 120 cm, apropiado para que pueda ser recorrida y abarcada con las manos.
De este modo, los planos adquieren tridimensionalidad y el cuadro queda reproducido en relieve para que, a través del tacto, se puedan explorar las texturas y el volumen de las reproducciones. Al mismo tiempo, los pormenores temáticos quedan explicados en la locución de una audio-guía, en euskera, castellano o inglés, específicamente desarrollada para dirigir la interpretación táctil de la pintura. Por último, y con la intención de provocar una toma de conciencia sobre el carácter de esta actividad, se ponen a disposición del público antifaces para que cualquier persona pueda experimentar el potencial del tacto.
Información obtenida de la página de triodos bank y del museo de bellas artes de bilbao