Planea dedicar lo ganado a ayudar a otras personas con problemas.
Sin trabajo, endeudado, con tres hijos y con otro año por delante viviendo en las calles de Hungría, László Andraschek de cincuenta y cinco años de edad, gastó las últimas monedas que le quedaban en un billete de lotería.
Ahora el hombre, anteriormente alcohólico y sin hogar, tiene a su disposición cualquier lugar del mundo donde quiera vivir, después de convertirse en uno de los ganadores de lotería más grandes de Hungría, con un premio de alrededor de 1,31 millones de €.
Andraschek dijo a la prensa que la compra del billete fue una oportuna decisión que tomó en una estación de tren, camino a Budapest para asistir a un seminario de ayuda para alcohólicos.
«Solo cogí seis números y la dependienta me recordó que tenía que coger un séptimo», dijo. «Le dije que que sea el 24 – no importa, de todos modos.» Pero se equivocaba, ¡sí que importaba!
Los primero que ha hecho Lázló ha sido saldar sus deudas, antes de ir en bicicleta a un concesionario de coches. «Cuando el vendedor de coches me preguntó cuánto estaría dispuesto a gastar, me levanté tres dedos. Como había llegado en una bicicleta que asumió esto significó 300.000 florines (menos de 1.000 €), pero en realidad significaba 3 millones».
Andraschek le ha comprado también un piso a cada uno de sus tres hijos, ha saldado las deudas de sus familiares y está planeando viajar a Italia, ya que no ha podido tener previamente un pasaporte.
Él y su esposa, Anikó, afirman que van a invertir su dinero con cautela y evitar los derroches típicos de los ganadores de lotería. «Me he hecho rico, pero no me he convertido en una persona diferente. Podría comprar un televisor de pantalla grande, porque me lo puedo permitir, pero no voy a comprar tres, porque me lo pueda permitir.»
Después de haber luchado con el alcoholismo, Andraschek finalmente consiguió superarlo hace cinco años y dice que «ahora no tiene ninguna necesidad de volver».
El ahora hombre rico, planea utilizar sus ganancias para crear una fundación para las personas adictas y mujeres maltratadas.
Fuente: The Guardian (prensa escrita)



