En el Día Sin Carne (20 de marzo), la organización Amigos de la Tierra, hace un llamamiento a los Estados Miembro para reducir la demanda de carne y poner freno a la ganadería industrial dependiente de la soja.

La UE es uno de los principales consumidores del mundo de carne y productos de origen animal, con una demanda anual por cabeza de 68,8 kg en 2017.

Además del consumo interno, la exportación de carne a terceros países, principalmente cerdo y pollo, es un negocio muy lucrativo para las grandes empresas cárnicas de la UE.

 

La carne barata tiene unas consecuencias muy negativas para el medio ambiente y la salud

 

El consumo de carne barata que se produce en explotaciones industriales es muy elevado y sus consecuencias negativas para el medioambiente y la salud humana son irrefutables.

La alimentación de soja  a la ganadería es mucha y se desvincula de la tierra. Cada año se importan 17 millones de toneladas de soja procedentes de Brasil, Argentina y Paraguay.

La superficie que se cultiva de soja a nivel global se triplicó en apenas treinta años, y se prevé que alcance los 141 millones de hectáreas en 2050 (tres veces la superficie de España) si el consumo de carne sigue aumentado al ritmo previsto.

 

El cultivo de la soja contribuye de forma negativa al cambio climático

 

La expansión de la soja provoca la pérdida de millones de hectáreas de selva, sabana y pradera, destruyendo comunidades, biodiversidad y ecosistemas, y contribuyendo de forma significativa al cambio climático.

Solo en Paraguay, 129 líderes campesinos fueron víctimas de ejecuciones extrajudiciales desde el fin de la dictadura en 1989, y cada año 9.000 familias son desplazadas debido a la expansión de los monocultivos de soja.

 

ganadería industrial

 

Mientras aumentan las importaciones de soja, la superficie de leguminosas disminuye drásticamente en la UE. Sin embargo, surjen nuevas iniciativas para reducir la dependencia de soja exterior destinadas a fomentar la producción de proteína vegetal en Europa.

Aunque todavía es pequeña, la producción de soja en la UE crece con rapidez en los últimos años. En apenas ocho años, aumentó un 183,2 %.

 

La producción de soja en Europa creció un 183,2% en apenas 8 años 

 

La organización considera que la expansión del modelo de monocultivo de soja en la agricultura supone una nueva amenaza para el modelo de agricultura a pequeña escala y agroecológico que urge proteger y promover.

El proceso de concentración de tierra y medios de producción en unas pocas manos es muy acusado en la UE. En 2013, tan solo el 3 % de las explotaciones agrícolas eran dueñas de más de la mitad del suelo agrario.