Un equipo de investigadores de la Universidad de Cádiz estudia nuevos métodos de explotación de la acuicultura de macroalgas. Concretamente, su campo de trabajo se centra en la Ulva o lechuga marina, el «trigo del mar del mañana».

Se trata de un modelo innovador de cultivo marino debido a sus propiedades medicinales y su potencial uso como fuente de alimento, pienso y otros compuestos de interés industrial. Igualmente, cabe destacar su potencial para la biofiltración de nutrientes y metales procedentes de diversas actividades humanas.

El proyecto forma parte de una acción europea de la COST (asociación europea de Cooperación en Ciencia y Tecnología). Dicho programa, apoyado por fondos europeos, permite a investigadores y otros expertos crear redes de colaboración entre científicos de diferentes países y disciplinas. Quienes cooperan a través de herramientas de colaboración como financiación de estancias breves de investigación, conferencias, talleres, etc.

Potencial de las macroalgas

En los últimos tiempos, se ha hecho cada vez más necesario encontrar y desarrollar alimentos y productos de origen marino más sostenibles que posean un alto valor añadido.

Por esta razón, un grupo de más de 100 investigadores de 28 países y tres continentes se han propuesto aportar su conocimiento a la consecución de este objetivo. Entre ellos, se encuentran Ricardo Bermejo, José Lucas Pérez Lloréns e Ignacio Hernández del departamento de Biología de la UCA.

El proyecto a través del cuál cooperan se ha denominado Tomorrow’s ‘wheat of the sea’: ulva, a model for an innovative mariculture (SEAWHEAT). Por medio de él, se buscan soluciones “que permitan modernizar y hacer más sostenibles y saludables muchos de los productos de origen marino que tradicionalmente se consumen”, explica Ricardo Bermejo.

Los investigadores españoles han centrado su foco de atención en el alga verde Ulva spp. (lechuga de mar). Aprovechando el éxito de iniciativas y proyectos previos de investigación europeos y paneuropeos centrados en macroalgas. Y considerando este género como «un modelo para el desarrollo de una nueva clase de maricultura en Europa”, según afirma Bermejo.

Foco en el cultivo de la Ulva

El cultivo de Ulva puede realizarse tanto en tierra como en mar. La producción en términos de biomasa “puede superar al de muchos cultivos tradicionales realizados en tierra: 25-40 toneladas de peso seco de Ulva por tonelada, hectárea y año. Frente a las, por ejemplo, 5.1 toneladas obtenidas en el caso del maíz”.

A esta elevada producción, “debemos sumar el papel de estos cultivos como biofiltros. Ya que el cultivo conjunto de esta macroalga con otras especies de animales (peces, crustáceos) puede contribuir a la reducción de los efectos de los vertidos procedentes de la acuicultura. Ayudando así a prevenir la eutrofización de los ecosistemas acuáticos”, detalla el investigador de la UCA.

Esta acción COST combina diferentes aproximaciones interdisciplinares encaminadas a conseguir un uso más sostenible de los recursos marinos. Considerando todos los aspectos relacionados con la biología, ecología, acuicultura e ingeniería del cultivo de Ulva. Así como otros aspectos sociales y económicos. Asimismo, se espera que ayude a crear nuevos puestos de trabajo y oportunidades de negocio en áreas costeras. Generando un impacto positivo en el bienestar y promoviendo la economía azul y circular.

Los promotores de SEAWHEAT pretenden apoyar la estrategia europea Horizonte 2020, encaminada a responder a diferentes desafíos sociales que tendrán lugar durante los próximos años. Concretamente, “es una prioridad promover la seguridad alimentaria, y en este aspecto esta acción puede jugar un papel clave”. Además, la implementación de esta acción contribuirá a responder a varios de los 14 retos para la conservación y explotación sostenible de los recursos naturales planteados por la Organización de las Naciones Unidas.

Fuente: Fundación Descubre

CAB/AR