En estos momentos son ciento ochenta las personas que están dando su vida en la central nuclear de Fukushima en Japón para evitar una ecatombe.
En un principio se trataba de cincuenta y empezaban a llamarles «los 50 de fukushima«, aunque ahora el equipo lo forman ciento ochenta personas, «los 180 de fukushima«.
La misión de los llamados «liquidadores» es enfriar los reactores y poder detener la central nuclear. La exposición tan intensa a esta radiación puede llevarles, a la larga a la muerte.
Se trata de un equipo de ingenieros, bomberos, físicos y el mismo responsable de la central nuclear, quien, al igual que un capitán de barco, sería el último en abandonar la central.
Lo más impactante de esto es que todos los liquidadores son voluntarios. Cada año realizan un simluacro, pero esta vez es real.
Justo en los momentos en que estoy redactando esta noticia, en las noticias de Antena 3 acaban de hablar de estos héroes, y tal como acaban de comentar al final de la misma:
«Los 180 héroes de Fukushima demuestran que en toda catástrofe surge también la grandeza del ser humano.»
