«Todavía sigue el Baile».
«Todos los días fueron para nosotros 14 de febrero y lo siguen siendo».
Ver a una pareja que lleva junta toda la vida y que se miran a los ojos el uno a la otra como si fuera el primer día, es algo que emociona a jóvenes y mayores. Es el caso de Yolanda Herlinda y Jorge, una pareja mejicana que lleva unida casi 60 años.
Él la sacó a bailar. Ella accedió. Después de algunos pasos de baile y que ella no lo pisara, él decidió seguir bailando y comenzó a bromear con ella. Así siguieron desfilando por una pista que los llevó a seguir juntos, al compás de la melodía de la vida para disfrutar de su juventud, su plenitud como adultos y ahora sus mejores años en la tercera edad.
Herlinda “Linda” Yolanda Martínez Méndez y Salvador “Chava” Jorge Chávez Garmendia se conocieron al ritmo de la música ranchera en 1951. Llegaron a una fiesta sin saber que el amor los esperaba en la entrada para llevarlos desde un baile hasta el altar y después, a criar a seis hijos y ver cómo el fruto de su amor se condensó en una familia. Su amor está más allá de que se empezara a celebrar el Día de San Valentín. Para ellos, el baile fue la manera perfecta de conocerse, enamorarse y procrear juntos en el seno de una familia, que con admiración observan, como todos los días desde hace 58 años se miran con amor en las buenas y en las malas.
“Nos enamoramos, llevábamos tres años de novios y nos casamos. Desde entonces hasta ahora seguimos así y a 58 años de casados que parecen, y son muchos, aunque para nosotros los sentimos como si fuera un día”, asegura Salvador, quien a sus 82 años continúa profesando el amor por “su maestra”.
Sentimiento que Madura
Linda aseguró que estar con “El Contador”, como lo conocen en su familia, ha sido una experiencia única, ya que con base en la comunicación y la confianza lograron consolidar un amor verdadero, por lo que expresó que las parejas contemporáneas deben de pensar en eso más allá de lo material.
“Puedo decirles a las parejas de ahora que se amen. Desgraciadamente para ellos hay muchos otros intereses que acaban con ese amor. En ocasiones, a las parejas les hace falta madurar o uno de ellos es muy inmaduro y no llegan a concretar esa unión verdadera de amor y ojalá que algún día lleguen a aceptar que con amor y respeto, pueden alcanzar muchas más cosas de las que creen”.
Salvador por su parte añade que otro de los aspectos importantes tiene que ver con dejar que la pareja se desarrolle y que el trabajo de ambos se manifieste en un esfuerzo conjunto, lo que se refleja para el futuro que ellos han visto en sus seis hijos y sus 12 nietos.
“Afortunadamente nos hemos desarrollado cada uno por nuestro lado: profesionalmente, técnicamente, económicamente y todo con mucho respeto. Ella trabajando, yo trabajando y luego los hijos trabajando. Ahorita todos son mayores de edad, muy mayores de edad y ahora los nietos empiezan a figurar muy bien, casados, con pareja o sin pareja o estudiando”.
Años sin San Valentín
La pareja recordó que desde sus primeros años como marido y mujer no había 14 de febrero, al menos como se ve actualmente, ya que esta fiesta no existía y aunque no les parece mal que exista la celebración, para ellos no hay día en que su amor no tenga un momento de dedicación.
“En aquel entonces no había Día del Amor y la Amistad, el 14 de febrero, por eso no lo celebrábamos, aunque para nosotros no hay día para celebrar el amor que nos tenemos, todos los días fueron para nosotros 14 de febrero y lo siguen siendo”, explicó Martínez.
Chávez señaló que las parejas deben entregar su amor más allá de la promoción comercial, ya que los elementos del Día de San Valentín, como los chocolates o las flores, son tan sólo una muestra de un sentimiento que cuando verdaderamente se tiene en el corazón es incalculable.
“Está bien porque es un día donde puedes hacer hincapié en que quieres a alguien. Tienes amistad o amor por esa persona y lo demuestras, dejando de lado todo lo comercial. La entrega de lo que sea flores, chocolates un corazoncito ayuda a que se sienta el cariño o siga la amistad, pero lo importante es que ese cariño se exprese más allá de eso”.
El Tesoro de su Amor
Con arrugas en el rostro se miran a los ojos y se dan un enternecedor beso que sella esa emoción de estar juntos a pesar de todo. Sin importar el paso de los años o de la enfermedad, el amor que se profesan en silencio o junto a su familia es tan sólo un sentimiento que no se detiene.
“Todavía sigue el baile. Hemos estado en los pasillos de Soriana y cuando empieza una pieza dejamos el carrito por un lado y seguimos bailando porque está bien que aprovechemos el paso. El ser felices es una friega. Es muy difícil ser felices, pero si uno lo quiere hay que fregarse, tiene que ver con cuánto estás dispuesto a dar y cuánto estás dispuesto a recibir. La felicidad que traen todos estos años de convivencia no se va a acabar nunca porque sigue creciendo”, aseguró Salvador.
Por su parte, como madre, abuela y desde hace dos años como bisabuela, “Linda” confesó que el tesoro más grande de su matrimonio es su familia, ya que tuvo la oportunidad de compartir el amor con todos sus descendientes para verlos crecer y desarrollarse hasta el día de hoy.
“Es una bendición para nosotros compartir el amor con nuestros hijos, nietos y bisnietos. Es bueno para nosotros darnos cuenta que ellos han captado y aceptado dentro de las convivencias el amor que siempre tenemos y que damos y que nos dan porque esa alimentación tenemos”.
Deseamos que como Linda y Chava, cada día en pareja sea un día de San Valentín.
Historia encontrada en Zocalo.