China cuenta con varias de las mayores urbes del planeta, en las que la contaminación llega a niveles alarmantes. Para frenar esto, están llevando ya a cabo proyectos como el de la reforestación de su capital, Beijing, que ha triplicado su masa forestal o la construcción de jardines verticales en edificios.
En la capital china se ha incrementado la cantidad de árboles existentes fruto de una campaña nacional de cultivo de árboles. Cifras oficiales indican que Beijing ha triplicado sus áreas verdes, pasando del 12,8 al 42,3% desde que el país puso en marcha la referida iniciativa a principios de los años 80.
Así, la proporción de zonas verdes en las áreas urbanas de la capital china ha pasado del 20% en 1980 al 48% en 2016. De acuerdo con la Oficina del Comité de Forestación de Beijing se han plantado un total de 200 millones de plántulas desde el inicio de la operación.
Tan solo en el 2016 esta metrópolis plantó árboles en doce mil setecientas hectáreas de terreno y prevé la plantación de un millón de ejemplares durante este año a través de la ayuda de voluntarios.
Expertos aseguran que gracias a la campaña de reforestación se han reducido las montañas yermas. Por su parte las autoridades locales animan a los residentes a registrarse como voluntarios para cuidar los árboles y áreas verdes, una estrategia que ayuda a paliar la contaminación ambiental que sufre esta urbe.
Jardines verticales.
Siguiendo el ejemplo de Milán, donde se construyó el primer edificio residencial en incorporar un jardín vertical, diseñado por el estudio de arquitectura Stefano Boeri Architetti, ahora éste mismo estudio será el encargado del proyecto de las torres de Nanjing en China.
Se trata de un proyecto de dos torres verdes que tendrán 1.100 árboles de 23 especies locales, y 2.500 arbustos además de plantas colgantes en cascada para poder cubrir de verde los 6.000 metros cuadrados de fachada de estas torres.
Se estima que esta nueva masa verde vertical estará finalizada en 2018 y proporcionará unos 132 kg de oxígeno a diario y será capaz de absorber otro tanto de dióxido de carbono en la zona del río Yangtze, en la provincia de Jiangsu en el sur de China.
Con 119 metros de altura, la torre más alta tendrá oficinas, un museo, una escuela de arquitectura verde y un club social en la azotea. La segunda torre, que tiene 107 metros, sera un hotel de lujo con habitaciones y una gran piscina en el techo. La base de las torres albergará tiendas, restaurantes y una sala de conferencias. Los balcones de los edificios permitirán a los habitantes contemplar y conectarse con la naturaleza de las fachadas de los edificios.
El mismo estudio italiano tiene previsto replicar otros bosques verticales en las ciudades chinas de Shanghai, Guizhou, Shijiazhuang, Liuzhou y Chongqing.
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